Parece que cada vez está más cerca una nueva inversión en nuclear en el sistema eléctrico británico, un componente muy importante en la estrategia energético-climática a largo plazo del gobierno británico. La clave: el precio que debe garantizar el gobierno. Y es que, tal como se indica en el artículo, los inversores necesitan garantizar sus ingresos para poder rentabilizar la inversión, ya que si no, la nuclear no parece tener futuro en un mercado eléctrico liberalizado. Además, el nivel del precio garantizado parece estar entre 80 y 120 euros/MWh, algo que en cualquier caso además está por encima del precio normal del mercado (quizá no en el futuro, aunque eso está por ver). Es decir, que no sólo hace falta garantía, sino, al menos por ahora, también un subsidio a esta tecnología.
En un paper de hace un par de años (y que estamos actualizando para su publicación) escrito conjuntamente con Adela Conchado ya analizábamos este tema, concluyendo que, efectivamente, la viabilidad económica de las nuevas inversiones en nuclear no está ni mucho menos clara. A no ser que los costes de inversión bajen de los 3.800 €/kW instalado (incluyendo aquí todos los costes de financiación), la nuclear precisará apoyos públicos para ser parte del mix energético. En el caso de Hinckley Point C, el coste de inversión previsto es de unos 5.100 euros/kW, de ahí la necesidad de contar con un subsidio para hacer rentable la inversión.
El paper señala además varios aspectos fundamentales para entender la economía de la electricidad nuclear:
- al ser una tecnología inframarginal, sus ingresos dependen de la tecnología marginal (típicamente gas o carbón), y por tanto está expuesta a un riesgo de precio elevado;
- por otra parte, al ser sus costes fundamentalmente de inversión, los parámetros más críticos (además del precio marginal) son aquellos que inciden sobre estos más directamente: la tasa de descuento, o el posible retraso en la construcción.
Además hay otros elementos reseñables desde el punto de vista económico de la nuclear.
- Al tener un coste variable muy bajo, su entrada en el mercado en gran volumen bajaría el precio marginal, con las correspondientes consecuencias sobre la retribución del resto de los agentes (incluidos ellos mismos, claro). Este efecto es similar al que se produce con las renovables.
- El segundo es que el gran volumen de financiación necesario (por el alto coste de inversión multiplicado por el gran tamaño de las centrales) hace más arriesgado aún financiar el proyecto.
- Y además, no hay que olvidar que es una tecnología que también necesita respaldo (como las renovables), aunque por razones distintas: la nuclear no está típicamente diseñada para regular (aunque esto es técnicamente factible), es decir, para variar su producción en función de los cambios de la demanda. Por tanto, también necesitaría de gestión activa de la demanda o almacenamiento para poder ser el componente fundamental de un sistema eléctrico.
Como vemos, todos estos elementos vienen asociados al gran tamaño de las centrales nucleares típicas. A mayor tamaño, mayor bajada de precio, mayor riesgo de financiación, y mayor necesidad de regulación. Aunque el tamaño claramente tiene ventajas de economías de escala, vemos que también presenta inconvenientes serios, sobre todo en los mercados liberalizados.
En este sentido, será muy interesante observar la evolución de los reactores nucleares de pequeño tamaño, en los que ya hay varias tecnologías interesantes en desarrollo, y que podrían contribuir a reducir los inconvenientes citados. La gran cuestión es si lograrán bajar sus costes.
Si nos guiamos por la curva de aprendizaje de la nuclear más tradicional, no parece que haya muchas razones para el optimismo, tal como ilustra un trabajo reciente de Laura Díaz-Anadón, Valentina Bosetti y otros, resumido aquí por Michael Levi, y que ya utilizamos en el informe anual de Economics for Energy.
En todo caso, un tema a seguir con atención: La energía nuclear tiene un gran potencial para reducir emisiones de CO2, aunque también claros retos en lo que se refiere al riesgo de accidentes o a la gestión de los residuos. La economía viene hacer el problema más complejo aún.
http://www.greenpeace.org/espana/Global/espana/report/nuclear/gp_leccionesdeFukushima_2012-2.pdf
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