Los que seguís este blog o las actividades de Economics for Energy recordaréis el paso por Vigo del IPCC hace unos tres meses. Entonces, el Presidente del grupo 3, Ottmar Edenhofer se refirió con preocupación ante la prensa al resurgir del carbón y a su muy negativa influencia sobre el cambio climático. Aprovechando varias noticias que he ido recopilando sobre éste y otros asuntos en las últimas semanas, en esta entrada intentaré reflexionar sobre las interacciones del shale gas (o gas de esquisto/pizarra) con este fenómeno.
Muchos pensarán en China, sobre todo, e India como principales culpables del ‘renacimiento’ del carbón. Pero la cosa es más compleja: resulta que gracias a una importante reducción del consumo de carbón y a pesar de no estar en Kioto, EE.UU ha mejorado considerablemente sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), mientras que la Unión Europea, paladín de Kioto y las políticas climáticas (entre ellas el mercado de comercio de emisiones de GEI), está viviendo una especie de ‘edad dorada del carbón’. Esto tiene que ver, en gran medida con la irrupción del shale gas en EE.UU, que hace menos competitivo al carbón americano y lo aboca a la búsqueda de nuevos mercados. Por otro lado, el carbón es muy atractivo y necesario para una Europa en el medio de una Energiewende que prescinde progresivamente de la energía nuclear, con precios de gas elevados y con unos permisos de emisión por los suelos.
En este contexto, en un par de artículos muy interesantes en su número de esta semana, aquí y aquí, The Economist sugiere que el gobierno americano debería facilitar una salida rápida y a gran escala a su creciente stock de shale gas. Los motivos son variados y van desde un fortalecimiento de la economía americana (a través de captación de rentas asociadas a este recurso fósil), la extensión de las mejoras ambientales a otros países (en menores emisiones de GEI y también problemas de contaminación local, como los recientemente sufridos en China), y el propio fortalecimiento del sector gasista estadounidense a través de la subida del precio del gas por la demanda exterior (cuyos extremadamente bajos precios están afectando hoy a la viabilidad y capacidad de inversión de muchas empresas).
Imaginemos que las reticencias ambientales (asociadas a la necesaria extensión de la red de gasoductos, etc.), técnico-económicas (relacionadas con la conversión de las plantas regasificadoras en degasificadoras), de las empresas intensivas en energía (que quieren mantener el diferencial de precios el máximo tiempo), y de los nacionalistas energéticos, se superan en el medio plazo. ¿Qué otros efectos tendrá una oferta abundante de gas natural estadounidense a bajo precio en el mercado global? Por supuesto alterará los equilibrios energéticos, pero no solo contra el carbón sino también contra las tecnologías renovables (bloqueando transitoriamente la transición a sistemas energéticos descarbonizados), y hará pervivir la elevada dependencia energética de muchos países. Esto es también válido para España, aunque nuestra localización geográfica y elevada capacidad (en buena medida ociosa) de regasificación puede convertirnos en un hub europeo del gas. Además del valor añadido que podría crear el hub gasístico, es posible que éste permita disfrutar a nuestras industrias y familias de precios ligeramente menores que el de nuestros vecinos, con efectos limitados pero positivos sobre nuestra competitividad.
Entrada muy interesante.
ResponderEliminarCon el abaratamiento del gas natural, un uso que puede incrementarse es en el sector transporte: tanto CNG para coches, autobuses y camiones pequeños; como LNG para camiones de largo recorrido. El giro de la gasolina y el diesel hacia el gas natural ya se empieza a percibir en USA (http://www.forbes.com/sites/kensilverstein/2012/12/15/all-roads-lead-to-natural-gas-fueled-cars-and-trucks/) y en Europa la Comisión Europea ha propuesto una Directiva con la que se pretende crear la infraestructura necesaria para incrementar el consumo de este combustible más barato y menos contaminante (http://ec.europa.eu/transport/themes/urban/cpt/index_en.htm)
Un saludo
Buenas tardes,
ResponderEliminarMuy interesante el artículo, aunque hecho en falta el factor político de Estados Unidos respecto al gas natural. Aunque las previsiones sean que EEUU puede ser autosuficiente en 2025, dudo que esto ocurra de esta forma por lo mencionado antes.
Saludos
Tarifasgasluz