Como parte de la estrategia de diversificación de fuentes de energía, en Estonia, el gobierno ha impulsado el uso del coche eléctrico. Actualmente Estonia ofrece descuentos de hasta el 50% del precio de compra de vehículos eléctricos para fomentar su utilización, como se muestra en la pagina de Nissan en estonia, “Ahorra 18.000 euros en la compra de un Nissan Leaf”. En el ejemplo descrito se explica que dichas ayudas del gobierno pueden hacer que el precio llegue a quedar en 21.990 euros, de los 39.900 euros que cuesta ahí el Leaf, ¡esto supone un ahorro muy atractivo!
Los grandes subsidios del gobierno en Estonia están limitados al 50% del precio del vehículo o a poco más de 18.000 euros, lo que resulte menos costoso para el erario público. Como estrategia para mostrar las bondades del coche eléctrico, existe el programa estatal de movilidad eléctrica (ELMO) donde pone en valor las ventajas de este tipo de vehículos, haciendo evidente los beneficios ambientales y el ahorro económico que supone para los propietarios.
De igual manera se presentan los vehículos eléctricos que ahora mismo están a la venta en Estonia como es el Nissan Leaf, Citroën C-Zero, Mitsubishi i-MiEV, Peugeot iOn y también el Valmet THINK City. La siguiente tabla muestra información detallada sobre los subsidios y precios finales de cada vehículo.
Infraestructura de puntos de carga en Estonia
Una red de 165 cargadores rápidos de corriente continua, conectados a internet, suministrada y construida por ABB, se inauguró oficialmente el pasado mes de febrero. Estos cargadores se instalaron en zonas urbanas con una población de 5.000 habitantes y en las principales carreteras de todo el país, siendo ésta la concentración de cargadores de corriente continua más grande de Europa. Por ejemplo en el área de carreteras, los cargadores están ubicados entre sí a 60 km, por lo que es posible que los vehículos eléctricos puedan viajar a cualquier lugar del país evitando quedarse sin energía.
"El Grupo ABB está orgulloso de haber construido la primera red de carga rápida a nivel nacional en Estonia", dijo Ulrich Spiesshofer, jefe Global de la división Discrete Automation Motion. "Contar con una red nacional de carga rápida motivará a los conductores a usar vehículos eléctricos y será el aliciente para que otros países decidan invertir en su propia infraestructura para carga rápida".
A diferencia de los cargadores residenciales, que requieren de unas ocho horas para cargar un vehículo eléctrico, los cargadores rápidos Terra ABB 51 DC necesitan sólo 15-30 minutos para hacer el trabajo. y se pueden utilizar para la carga de vehículos eléctricos con una corriente continua de 50 kilovatios (kW), así como también pueden cargarse con una corriente alterna (AC) de hasta 22 kW.
"El hecho de que la recarga sea tan fácil es una de las principales razones por la que más ciudadanos de Estonia han decidido cambiarse a los coches eléctricos y los visualizan como los vehículos del futuro ", dijo el ministro Medio Ambiente de Estonia, Keit Pentus-Rosimannus. "Nuestra política de transporte se basa en la idea de conducir de manera ambientalmente responsable con la opción más barata y más simple".
Así la experiencia puede ser positiva para otros países desarrollados como parte fundamental para hacer frente a los retos medio ambientales y para impulsar el desarrollo económico de los mismos.
Añado un artículo de El Pais sobre los coche eléctricos e híbridos en el Salón de Ginebra: http://blogs.elpais.com/coche-electrico/2013/03/los-modelos-electricos-e-hibridos-del-salon-de-ginebra.html
ResponderEliminarDesde luego es una apuesta decidida por la movilidad eléctrica, totalmente elogiable. Desgraciadamente aquí no podemos decir lo mismo. Las ayudas a los vehículos eléctricos han sido mucho menores (alrededor de los 6.000-8.000 euros si no recuerdo mal) o bien se ha optado por seguir primando a los vehículos de combustión, como ocurre ahora con el Plan Pive. Así que, desde luego, estamos a años luz.
ResponderEliminarNo obstante, y aunque elogio el ejemplo de Estonia, se me hace difícil ver un punto de comparación entre un país de un millón y medio de habitantes y el nuestro, además con coyunturas socioeconómicas tan diferentes en la actualidad.