03 febrero, 2012

La seguridad energética en España

En este blog hemos hablado bastante de la seguridad energética, de su importancia y de la repercusión económica que tiene. Sin embargo, poco hemos dicho de la situación en España. Aunque es difícil evaluar la seguridad energética, vamos a intentar dar una imagen aproximada de la situación española.
En la literatura se han propuesto varias medidas para calcular la seguridad energética, sin embargo, todavía no existe consenso sobre una medida estándar. Son varias las variables que se utilizan para explicar la seguridad energética, pero entre las más importantes están la dependencia energética exterior y la diversificación de las importaciones. Vamos a ver como se comporta España en relación a estas dos variables.
Primero, la dependencia energética española es una de las más altas de Europa. A pesar del importante aumento de las energías renovables en los últimos años, todavía su peso en el mix energético es relativamente bajo. Actualmente la dependencia exterior se encuentra entorno al 80%, sin que haya habido ninguna mejora significativa en los últimos años. Esto se explica por el alto consumo de hidrocarburos. El petróleo y el gas natural representan casi el 75% (50% y 25% respectivamente) del consumo de energía primaria en España, mientras que su producción es insignificante. Es decir, la dependencia exterior proviene principalmente de estas dos fuentes de energía.
Esto nos lleva a preguntarnos sobre la procedencia del petróleo y el gas natural que consume España. El principal suministrador de gas natural es Argelia, de donde procede algo más del 35% de las importaciones. Otros dos países africanos se encuentran entre los mayores suministradores, Nigeria y Egipto, los cuales representan el 20% y 6% del total. El resto de gas natural se importa de Oriente Medio, América y Europa. Las importaciones de petróleo están aún más diversificadas; más de 20 países suministraron petróleo a España el año pasado. Las importaciones procedieron de Oriente Medio (37%), África (28%), Europa (19%) y América (16%), donde Rusia, Irán, Arabia Saudí, Nigeria y México fueron los principales países suministradores.
Por tanto, se puede decir que las importaciones de hidrocarburos están muy diversificadas. Hechos como el embargo petrolero a Irán, no deberían de suponer un riesgo para el suministro español, a pesar de que España importa el 14% del petróleo de ese país. Los efectos sobre España, al igual que en otros países, se reflejarán en un posible aumento de los precios internacionales. Y ahí es donde radica el mayor riesgo energético español. Su alta dependencia en los hidrocarburos hace que la economía española sea vulnerable a los cambios en los precios, y como ya hemos explicado en alguna otra ocasión, tanto los shocks como la volatilidad del precio del petróleo tienen efectos negativos sobre la economía.
Como conclusión se puede decir que el mayor problema de la seguridad energética española no es la falta de diversificación en el suministro, sino la dependencia exterior. Por tanto, no existen riesgos importantes de un parón en el suministro de petróleo o gas natural, pero sí por la vulnerabilidad de la economía española a cambios en los precios.

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