24 febrero, 2012

Los efectos de las energías renovables sobre la seguridad energética

El sistema eléctrico español ha cambiado considerablemente en la última década. A principios de siglo, el mix eléctrico estaba dominado por la energía nuclear y el carbón, los cuales producían casi el 70% de la electricidad en España. En la actualidad, estas dos fuentes de energía han reducido su peso, de tal forma que en 2010 la nuclear representó el 22% de la producción y el carbón apenas el 7%. Esta sustitución en las fuentes de producción se ha realizado en favor de las energías renovables y el gas natural, los cuales producen el 36% y el 23% de la electricidad, respectivamente.
El cambio en el mix eléctrico ha tenido consecuencias importantes sobre dos aspectos tan relevantes como el coste económico y las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, un cambio en el mix también afecta a otro de los objetivos prioritarios de nuestra política energética, la seguridad en el suministro.
En este blog ya hemos hablado bastante de los efectos de los hidrocarburos sobre la seguridad energética (aquí, aquí), y más concretamente, en mi última entrada analicé la situación en España. Por ello, dejando a un lado el gas natural, me gustaría comentar cómo puede afectar el auge de las energías renovables en la seguridad energética.
Uno de los efectos más positivos de las renovables es que ayudan a reducir la dependencia energética exterior. De esta forma se evitan los riesgos asociados a cuestiones geopolíticas, reduciendo así los efectos de un posible parón en el suministro. Teniendo en cuenta que gran parte de los yacimientos de petróleo se encuentran en países con alto riesgo de inestabilidad política (Irán, Venezuela, Nigeria…), cuanto mayor sea el peso de las renovables en nuestro mix energético, menor será la necesidad de importar petróleo de dichos países. Otro aspecto positivo de reducir la dependencia energética es que mitiga los efectos causados por la alta volatilidad de los precios de los hidrocarburos. En la economía española, donde el gas natural y el petróleo representan casi el 75% del consumo de energía primaria, los contantes cambios en el precio de dichas fuentes de energía tienen efectos desestabilizadores sobre la economía.    
Sin embargo, no todo son efectos positivos sobre la seguridad energética, el mayor problema de las renovables radica en la variabilidad de algunas fuentes de producción como el sol y el viento. Al depender de las condiciones atmosféricas, la producción eléctrica de las energías renovables es muy variable y difícil de predecir. El último informe de Red Eléctrica Española muestra cómo la energía eólica dio lugar a situaciones extremas en el 2010, pasando de cubrir el 54% de la demanda eléctrica el día  9 de noviembre a las 3.35 horas, a cubrir apenas el 1% que el 26 de junio a la 10.32 horas.
Por eso, para que el auge de las energías renovables resulte en una mejora de la seguridad energética, es necesaria una gestión cuidadosa de la producción. Existen varios mecanismos que podrían mejorar el problema de la variabilidad. Para el caso español, dos son principalmente. En primer lugar, aumentar las interconexiones, especialmente con Francia, que permitan el intercambio eléctrico cuando se produzcan déficits o superávits en la producción. En la actualidad, la capacidad de intercambio entre España y Francia apenas supone el 3% del consumo eléctrico máximo de la península. Aunque se están llevando a cabo obras para aumentar la capacidad, todavía estamos muy lejos del 10% que fijó la Unión Europea. El segundo mecanismo de mejora está relacionado con la gestión de la demanda. Se debería fomentar introducción de los Smart Grids (redes inteligentes) que permitan flexibilizar la demanda y suavizar las fluctuaciones del consumo eléctrico a lo largo del día.

1 comentario:

  1. Una entrada muy precisa. Quizá estaría bien retomar también un par de entradas de Mohcine de hace unas semanas que se referían a los efectos del apagón nuclear alemán y a la ola de frío y que fácilmente pueden interaccionar con lo que cuenta Luis. También, quizá, alguna mención a la variabilidad anual, no solo puntual, del viento (y consecuentemente de la producción eólica), que tanto Mohcine como Klaas están viendo para España y Alemania respectivamente.

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