Como hemos comentado más de una vez en este blog (aquí, aquí y aquí), la seguridad energética se ha convertido en uno de los objetivos principales de la política energética de muchos países. La Unión Europea la considera uno de los tres objetivos energéticos prioritarios, junto a la competitividad económica y la sostenibilidad medioambiental.
A pesar de su importancia, el concepto de seguridad energética no es preciso, todavía no existe una definición comúnmente aceptada sobre lo que significa la seguridad energética, y menos aún sobre las implicaciones y los costes económicos que conlleva. Por ello, consideramos que es un campo en el que todavía hay mucho trabajo por hacer.
Una de las posibles consecuencias de la falta de seguridad energética son las interrupciones en el suministro. Especialmente en el caso de la electricidad, en ocasiones los precios no pueden recoger las diferencias entre oferta y demanda, de tal forma que el suministro de electricidad no es suficiente para cubrir la demanda. En los últimos años, hemos presenciado a lo largo de todo el mundo varios casos de interrupciones en el suministro eléctrico. Probablemente, uno de los casos más sonados fue la crisis eléctrica que sufrió California durante los años 2000 y 2001. Sin embargo, en Europa también hemos tenido casos similares. En 2003, Europa sufrió un verano especialmente caluroso y seco, con lo que la producción hidroeléctrica cayó drásticamente, mientras que al mismo tiempo la demanda eléctrica de aparatos de aire acondicionado aumentó notablemente. El resultado fue que países como Alemania, Italia y Francia sufrieron restricciones en el suministro eléctrico. El último caso lo hemos visto en Japón después de que la costa este sufriera un terremoto y un tsunami que afectó a varias plantas nucleares del país. La menor producción de electricidad hizo necesario restringir el consumo eléctrico en varios sectores de la sociedad.
Todos estos casos nos obligan a preguntarnos sobre cuál es el coste de un parón en el suministro eléctrico. ¿Todos los sectores se ven igualmente afectados? ¿El coste económico es mayor para la industria que para los servicios? En el caso de Japón, las autoridades fijaron una reducción del consumo eléctrico de un 15% a la mayor parte de sectores. Pero, ¿desde el punto de vista económico es una decisión óptima?
Las respuestas a estas preguntas tienen importantes implicaciones de carácter práctico. En primer lugar, el coste de un parón en el suministro eléctrico nos puede ayudar a calcular el nivel óptimo de inversión. Es decir, permitiría saber si es necesario aumentar y mejorar las infraestructuras existentes con el fin de reducir la probabilidad de un parón en el suministro. Y en segundo lugar, en el caso de tener que interrumpir el suministro, podríamos saber los sectores de la sociedad que se verían más afectados, de tal forma que podríamos minimizar las pérdidas.
En Economics for Energy estamos trabajando para estimar el coste de una interrupción en el suministro eléctrico en España. En los próximos días se publicarán en nuestra página web los primeros resultados obtenidos.
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