La Organización de las Naciones Unidas ha proclamado 2012 como el Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos. Este anuncio supone impulsar la eficiencia energética y las energías renovables, así como facilitar el acceso a energías no contaminantes a las regiones más desfavorecidas. Durante 2011, según BNEF, la inversión en energías renovables superó por primera vez a la de las fósiles, una tendencia que están empezando a liderar los países en vías de desarrollo como China, India o Sudamérica. En esta entrada, al igual que con China en una anterior, se pretende dar una breve visión de la situación y las perspectivas energéticas de uno de los llamados países emergentes, India.
Las proyecciones del World Energy Outlook 2011 atribuyen el 90% del alza de la demanda de energía de 2010 a 2035 a los países no pertenecientes a la OCDE, y, en concreto, India tendría unos índices de crecimiento de consumo energético mayores a los de la propia China. El consumo de energía de India en 2007 fue de 0,53 tep/per cápita, mucho menor que el de China (1,82 tep/per cápita). Con estos datos, y teniendo en cuenta que es el segundo país en número de habitantes con cerca de 1.200 millones, de los cuales la Agencia Internacional de la Energía (IEA) estima que más de 400 millones no tienen acceso a la electricidad, parece aconsejable estar atentos a sus planes energéticos.
Se pronostica que su demanda eléctrica crecerá considerablemente (hay proyecciones que elevaban hasta seis veces la demanda eléctrica actual para 2050), por lo que la necesidad de una potencia extra de generación crea una oportunidad extraordinaria para construir un sistema energético bajo en carbono.
Pero, actualmente, su infraestructura energética es muy contaminante e ineficiente. El carbón representa la mayor fuente de energía primaria de este país, con una penetración de más del 40% (ver figura 1). La gran participación de la biomasa en el mix (del 24%) se explica por su uso tradicional para cocinar y como calefacción. Por otra parte, el bajo porcentaje de consumo de petróleo se debe al relativo bajo uso del transporte. Mientras que en la India se destina el 41% de petróleo a transporte, en Europa esta proporción se eleva a casi el 70%. India, por otro lado, posee un nivel de autosuficiencia energética elevado, del 77% (en 2007), en comparación con otras regiones (la media de la OCDE es el 55%).
Fig. 1- Demanda de energía en India en 2009
fuente: World Energy Outlook 2011. |
En cuanto al sector eléctrico, este constituye el 12% de las necesidades de energía final, en contraste con el 21% de los países de la OCDE. La capacidad instalada se eleva sólo a 176 GW en 2009 (España cuenta con 106 GW). También aquí el carbón es, con ventaja, la principal fuente energética, representando casi el 70% de la generación de 2009. Con mucho, la mayor fuente de electricidad renovable en India es la hidroeléctrica, que en 2009 generó 111 TWh (12% del total); seguida de la eólica con 18 TWh (2% del total) (ver figura 2). Comparativamente, el resto de fuentes renovables son insignificantes, tal y como explica el India Energy Handbook 2011.
Fig. 2- Generación eléctrica en India en 2009
fuente: World Energy Outlook 2011. |
Actualmente, según el Energy Technology Perspectives 2010, aunque India tiene algunas de las plantas más eficientes del mundo, también posee un porcentaje importante de plantas ineficientes y contaminantes. El avance económico llevará consigo una mayor demanda de transporte o de consumo de energía en hogares. Teniendo en cuenta estas perspectivas, se promovieron una serie de iniciativas por parte de las administraciones.
En 2003 se dio un gran impulso legislativo con una nueva ley sobre la energía eléctrica para el desarrollo de las energías renovables, fijando la compra obligatoria de este tipo de energía por parte de las empresas de distribución. Además, también se introdujeron tarifas preferenciales para hacer más competitivas las tecnologías renovables.
En 2008 el gobierno de India lanzó su primer Plan de Acción Nacional sobre el Cambio Climático (NAPCC, siglas en inglés). El plan hace hincapié en mantener un alto crecimiento económico abordando eficazmente el cambio climático, define ocho misiones para el desarrollo y uso de nuevas tecnologías. Dos de esas misiones se enfocan al sector energético: la Misión Nacional de Mejora de la Eficiencia Energética (NMEE, siglas en inglés) y la Misión Solar. Esta última marca el objetivo elevar la capacidad fotovoltaica hasta los 22 GW para 2022 (20 GW conectados a red y 2 GW en instalaciones aisladas).
La Ley Eléctrica de 2003 y las políticas enmarcadas en el NAPCC proporcionan una hoja de ruta para aumentar la cuota de las energías renovables en el mix de generación. Sin embargo, los recursos de energía renovable no son similares en todo el país y el alto coste de la generación mediante renovables desalienta a las empresas locales de distribución de la compra de una cantidad mayor a la obligatoria de generación renovable. Para hacer frente a los desequilibrios y fomentar además la capacidad renovable en los estados con potencial sin explotar, el CERC (Central Electricity Regulatory Commission) promulgó un reglamento la creación de Certificados de Energía Renovable (CER) en enero de 2010. De esta manera, los productores de energía renovable que se registran en el CERC tienen la opción, ya sea para vender energía a una tarifa preferencial establecida por el SERC (State Electricity Regulatory Commission) o vender la energía y sus beneficios ambientales asociados en forma de Certificados de Energía Renovable.
Adicionalmente, en julio de 2010 se introdujo una tasa al carbón y, en el Acuerdo de Copenhague, se comprometió a reducir la intensidad de sus emisiones del 20% a 25% en 2020 con respecto a los niveles de 2005.
A corto plazo las políticas energéticas se definen dentro de los llamados “Planes Quinquenales”. El último plan, el 11º, abarcaba el periodo desde 2007 a 2012. Para el sector eléctrico, este plan marca el objetivo de incrementar la capacidad de producción eléctrica en 78,7 GW mediante la construcción de nuevas centrales hidroeléctricas, térmicas y nucleares, así como 14 GW de potencia renovable (eólica, minihidráulica, biomasa, residuos y solar). Aunque un estudio indica que no se alcanzarán los objetivos fijados.
Con unas perspectivas de crecimiento enormes, India apuesta por acelerar la explotación de sus recursos naturales; con planes para impulsar la energía solar, la ampliación del aprovechamiento hidráulico que posee o la apuesta por la eólica (quinta potencia mundial en capacidad instalada). Más allá de las renovables, también se apoya la energía nuclear, de la que se pretende aumentar su peso en el mix de un 2% a un 25% en 2050.
Al igual que el caso de China, todo este crecimiento necesita estar apoyado por una infraestructura de transporte y distribución eléctrica en condiciones y, aunque sus planes en renovables no muestran las asombrosas cifras de China, sí que interiorizan la tendencia a una progresiva descarbonización.
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