La pasada semana se publicó el primer extracto del próximo informe Energy Technology Perspectives 2012 (ETP 2012), que cada año realiza la Agencia Internacional de la Energía (IEA) sobre los avances tecnológicos relacionados con la energía para limitar las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y aumentar la seguridad energética, el Tracking Clean Energy Progress (TCEP). Este trabajo muestra, mediante la presentación de escenarios para 2050, estrategias a seguir para evitar el incremento de la temperatura de la tierra por encima de los 2ºC con respecto a los niveles preindustriales. En este avance del ETP 2012 las tendencias que se exponen para alcanzar este objetivo no son nada halagüeñas, aunque todavía mantiene que hay posibilidades de alcanzarlo.
El TECEP evalúa los progresos que se requieren para alcanzar el límite de 2ºC mediante el llamado escenario 2DS. El informe concluye que aunque se han conseguido algunos progresos, la mayoría de las tecnologías limpias no van por buen camino para llegar a alcanzar sus cuotas de reducción de CO2 y ofrece las claves para que, con las políticas oportunas, se vuelva a la senda 2DS. Se apremia a acelerar la innovación y el apoyo público a la I+D+i, ya que los datos muestran que la inversión en el sector energético ha descendido un 11% desde los años 80. Actualmente este importante sector acapara el 4% de los fondos públicos para I+D+i, tal y como muestra la siguiente figura.
Gasto público en I+D+i en energía. |
Por sectores, se espera una contribución de la generación eléctrica proporcione más de una tercera parte del potencial de reducción de emisiones para 2020 bajo el escenario 2DS, y casi un 40% para el 2050. Sin embargo, la transición hacía tecnologías bajas en carbono (energías renovables, nuclear, etc.) no se está produciendo al ritmo esperado ya que, a lo largo de la pasada década, cerca del 50% de la nueva demanda eléctrica se suplió con carbón. La IEA es consciente de la inmensa fuente de energía barata que supone el carbón, por lo que, además de reclamar su progresiva reducción, enfatiza en la utilización de tecnologías como plantas de alta eficiencia (supercríticas por ejemplo) o de ciclo combinado con gasificación integrada (IGCC), esta última tecnología todavía excesivamente cara pero con gran futuro (España es líder en cuanto a potencia instalada de IGCC). China e India contribuyeron significativamente al incremento de la potencia de generación con carbón, sin embargo, como nota positiva hay que decir que en su mayoría las nuevas plantas son de alta eficiencia (supercríticas o ultra supercríticas).
En cuanto a la nuclear, el informe recuerda que en la pasada década esta fuente de energía se mantuvo constante con cerca de 440 reactores en operación. Sin embargo, en 2010 se alcanzó un record en inversión no rebasado desde 1985 y en 2011 67 reactores estaban en construcción, 26 de ellos en China. Sobre los costes, hay variaciones dependiendo de si nos fijamos Europa o Asia, siendo los de esta última región menores. China por su parte se está convirtiendo en el país con menores tiempos de construcción, con plazos de sólo 4 años. En cuanto al impacto del accidente de Fukushima, este ha sido menor al esperado pues la gran mayoría de los países continúan comprometidos con la energía nuclear, aunque las proyecciones sugieren que el despliegue nuclear para 2025 quedará por debajo de los niveles requeridos para lograr el objetivo 2DS.
Las energías renovables por su parte han tenido un crecimiento anual del 13% en los últimos 10 años contribuyendo a la generación eléctrica en un 3%. La IEA concluye que aunque las tecnologías renovables aún no son lo suficientemente competitivas en costes con respecto las basadas en combustibles fósiles, en la pasada década los de algunas tecnologías han caído con fuerza. Como ejemplo destaca la solar fotovoltaica. En cuanto a la solar de concentración (CSP), el incremento ha sido menor, España ha asumido el cargo de líder mundial también en CSP y, junto con los Estados Unidos, representaron el 90% del mercado en 2011. Pero el abaratamiento de la Fotovoltaica ha desviado los proyectos e inversiones de la CSP.
Pero si hay una tecnología competitiva, esta es la eólica onshore, con un crecimiento del 27% anual está en el camino para alcanzar los objetivos de 2DS. Además, ya puede competir sin apoyos en algunos mercados eléctricos, como el caso de Nueva Zelanda o Brasil. En cuanto a su variante offshore, esta todavía requiere investigación y desarrollo (por ejemplo, las plataformas eólicas).
En 2011 por primera vez las inversiones en renovables superaron a las inversiones en energía basada en combustibles fósiles. A pesar de esto, el informe indica que el 2012 puede trastocar este hito, ya que la actual coyuntura económica mundial y la retira de las políticas de apoyo de ciertos países puede provocar la disminución de la confianza de los inversores.
El sector industrial por su parte representa un tercio del consumo de energía final y casi el 40% de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía. Las proyecciones indican que se producirá un incremento de las emisiones del 30% para 2020, pero para alcanzar los objetivos 2DS este crecimiento se debe limitar a un 17%. Para ello se aboga por emplear las Mejores Técnicas Disponibles (MTDs), la transición hacia fuentes de energía bajas en CO2, sustitución de materias primas y la implementación de la Captura y Almacenamiento de CO2 (CCS).
La edificación residencial y comercial consume aproximadamente un 32% de la demanda global de energía y es responsable del 10% de las emisiones directas (30% si se incluye las emisiones por la electricidad generada que consume). Se estima que para el 2050 este consumo sea el doble (entre 2000 y 2010 la población mundial creció un 12,9%), por lo que las medidas a tener en cuenta en este sector son sensibles para los objetivos a alcanzar. Aquí la solución más importante para promover la eficiencia es la introducción de códigos de construcción con requerimientos mínimos de eficiencia (para más información ver esta entrada de Ana Ramos). Según el informe solo Europa, China y Túnez contemplan en sus normas de edificación requisitos de rendimiento energético mínimos. Se destaca también la actualización de la directiva europea de edificación (2010/31/CE) que, entre sus objetivos, incluye que las nuevas construcciones a partir de 2020 sean “nearly zero-energy buildings”. El gran problema es que la mayoría de estos códigos solo contemplan la nueva construcción, no siendo de aplicación para el gran stock de edificación existente, esto es especialmente problemático en la OCDE.
El transporte, al que pertenece el 20% de consumo de la energía primaria mundial y que provoca el 25 % de las emisiones de CO2, presenta un incremento de demanda energética de más del doble para 2050. Ante estos datos, el escenario 2DS espera reducir un 30% los actuales niveles de emisiones para 2050. Para ello propone la combinación de la mejora de la eficiencia de los combustibles con nuevos tipos de vehículos, en alusión a la movilidad eléctrica, así como combustibles alternativos (biocombustibles). Aunque la tendencia a la mejora del consumo es clara, la tasa de progreso es todavía muy lenta para alcanzar los objetivos de 2DS, los cuales están recogidos en la iniciativa Global Fuel Economy Initiative. Los estándares más restrictivos exigidos por algunos países y el aumento del precio de los combustibles están ayudando a acercarse a estos objetivos.
Por último, el informe denomina como “tecnología crítica” la Captura y Almacenamiento de CO2 (CCS) para alcanzar los objetivos 2DS, ya que se da por descontado que la dependencia de los combustibles fósiles no se abatirá significativamente. Los esfuerzos en las primeras fases de investigación y demostración de esta tecnología están lejos de los planes que se pretendían poner en marcha a lo largo del mundo debido fundamentalmente a los recortes de los gobiernos. Sin embargo hay ejemplos como el del Reino Unido que impulsan decididamente esta medida, ya que en la reforma del sector eléctrico llevada a cabo en 2011 incluye la obligación de instalar CCS en las nuevas plantas de carbón.
En conclusión, el análisis realizado encuentra que algunas tecnologías están en camino para cumplir los objetivos 2DS, pero la mayoría necesita un mayor apoyo y esfuerzo. El incremento de inversión necesario en esta década para pasar del escenario 6DS (aumento de la temperatura más de 6ºC) al 2DS se estima en un 25% (2,5 billones de dólares) pero los efectos pronosticados en el escenario 6DS justificarían el llevar a cabo este esfuerzo. Las iniciativas presentadas en este trabajo muestran que aún hay posibilidades si los poderes públicos toman nota.
Muchas gracias, Pablo, por esta entrada tan completa y actualizada. Como ya hemos comentado en varias entradas anteriores y en documentos de trabajo del centro, el ETP de la AIE es un informe muy relevante para observar tendencias y perspectivas a medio/largo plazos. Creo que nuevamente el mensaje es meridianamente claro: aunque hay desarrollos positivos, la imagen global da pie a importantes interrogantes sobre nuestra capacidad de conseguir limitar los aumentos de temperatura a niveles razonables y, más puntualmente, sobre la coordinación de políticas de oferta y demanda o sobre la viabilidad de ciertas tecnologías críticas. Animo a nuestros lectores a que lean los documentos de trabajo que sobre el papel de las renovables o el futuro energético y cambio climático hemos preparado en los últimos meses.
ResponderEliminar