Hasta hace poco, la energía nuclear era
un pilar fundamental en el suministro energético de algunos países
desarrollados. Sin embargo, esto cambió con el tsunami de Japón, que
provocó un inmediato giro político con respecto a esta fuente de energía
en bastantes estados. En particular, dos grandes economías avanzadas
con importante capacidad nuclear instalada, Japón y Alemania, han
reducido significativamente su producción nuclear. En mi último post ya traté el caso alemán, cuya “transición energética”
prevé sustituir la energía nuclear (y otros combustibles fósiles) por
las renovables. En el post de hoy voy a comentar tanto las similitudes
como las diferencias entre Alemania y Japón con respecto a sus
transiciones energéticas, dedicando una especial atención al caso
japonés.
Alemania desconectó aproximadamente la mitad de sus centrales nucleares y
se comprometió a apagar las restantes centrales progresivamente hasta
2022, apostando por las energías renovables para remplazar esta
capacidad. A corto plazo será necesario un aumento de la generación
mediante carbón y gas (que ya provocó ligeros incrementos de las emisiones de CO2), pero a largo plazo se prevé cubrir este hueco con las energías renovables.
Por el contrario, hace unos días Japón se quedó sin producción nuclear por primera vez desde 1970.
Después del terremoto y posterior tsunami de 2011, el gobierno decidió
realizar pruebas de seguridad y simulaciones de emergencia en sus
centrales nucleares, por lo que se desconectaron todas las centrales.
Hasta ahora no han vuelto a arrancarlas porque
la ciudadanía japonesa perdió la fe en la tecnología nuclear y los
gobiernos locales no creen que las centrales de sus distritos sean
realmente seguras.
Para Japón el apagón nuclear representa un cambio significativo ya que,
en contraste con Alemania, se encuentra en peores condiciones de cara a
una transición energética:
- Alemania tiene interconexiones con la mayoría de sus nueve países vecinos para poder importar electricidad en cualquier momento si la demanda nacional sobrepasa la capacidad de producción. Es verdad que existe preocupación sobre si la capacidad de interconexión de Alemania es suficiente. Concretamente, en el invierno de 2011 se temieron problemas de suministro debido al apagón nuclear pero, gracias al invierno suave y a unas condiciones de viento favorables que aumentaron la producción eólica, Alemania llego a exportar electricidad. Japón, por otra parte, no tiene la posibilidad de importar electricidad.
- Alemania ya tiene una capacidad renovable instalada, con industria renovable en varios sectores (eólica, solar, biomasa etc.). Por el contrario Japón no dispone de una industria desarrollada en el sector de las renovables. Gracias a un ambicioso programa público en los años setenta, Japón se convirtió en líder en tecnología solar pero perdió esta ventaja en las últimas décadas. Esto exigirá grandes esfuerzos para el desarrollo de esta tecnología crucial.
- La energía nuclear siempre ha sido muy importante en Japón, donde se producía un tercio de la electricidad a través de centrales nucleares. En cambio, en Alemania este porcentaje no llegaba al 20%. Además, en la actualidad todas las centrales nucleares japonesas están desconectadas, mientras que en Alemania algunas siguen activas, al menos hasta 2022.
Claramente, la parada de las centrales
nucleares ha tenido un gran impacto en Japón, pero ¿qué pasó exactamente
en Japón con el sector energético después del terremoto y posterior
tsunami del año pasado? A través de datos y documentos del Instituto
Japonés de Economía Energética (IEEJ) se pueden reconstruir bastante bien las consecuencias, que describo a continuación.
En primer lugar, bajó el consumo eléctrico ya que el gobierno japonés puso restricciones a los consumidores finales. Así, Japón consiguió ahorrar un 18% de electricidad en la industria, un 21% en el sector comercial, y un 11% en el sector residencial. Además, Japón aumentó sus importaciones de gas natural. Según el IEEJ toda la capacidad de las centrales de gas ha estado operativa desde verano de 2011. La siguiente tabla indica los cambios en el mix energético de Japón después del terremoto y tsunami de marzo de 2011.
En primer lugar, bajó el consumo eléctrico ya que el gobierno japonés puso restricciones a los consumidores finales. Así, Japón consiguió ahorrar un 18% de electricidad en la industria, un 21% en el sector comercial, y un 11% en el sector residencial. Además, Japón aumentó sus importaciones de gas natural. Según el IEEJ toda la capacidad de las centrales de gas ha estado operativa desde verano de 2011. La siguiente tabla indica los cambios en el mix energético de Japón después del terremoto y tsunami de marzo de 2011.
Fuente: Instituto Japonés de Economía Energética (IEEJ Indicadores energéticos) |
En
la tabla se puede observar que el incremento en el uso del gas natural
contribuyó a un ligero aumento de emisiones de CO2, a pesar de la
reducción de producción total de electricidad. Otro detalle interesante
es que, mientras las importaciones de gas natural para la industria
bajaron en 2011, su incremento en el uso para generación eléctrica fue un factor
decisivo para el aumento de las importaciones totales de este tipo de combustible. Un proveedor
clave de gas natural es EE.UU. Japón propone ampliar su suministro desde EE.UU., intentando aprovecharse de la creciente disponibilidad de gas de pizarra que ya hemos comentado en este blog.
En 2011, Japón realizó el mayor déficit comercial desde 1979. Aparte de la destrucción de producción doméstica por el terremoto, el tsunami y la crisis económica mundial, los problemas energéticos juegan un papel importante en este déficit. Japón importó más combustibles fósiles (sobre todo gas natural), justo cuando aumentaron los precios de estos productos en los mercados internacionales. Los problemas de suministro energético resultaron en aumentos del precio de la electricidad, algo que hizo aún más daño al sector productivo japonés.
Obviamente, la dependencia energética siempre ha sido un problema para Japón. El cuasi-apagón nuclear agravó está situación, perjudicando a la economía japonesa, especialmente por los altos precios energéticos internacionales. Como consecuencia, Japón está considerando expandir su capacidad renovable, especialmente en el ámbito de la eólica offshore. El país espera crear una industria internacionalmente competitiva en energía eólica offshore flotante (ver este documento del IEEJ) porque la plataforma continental japonesa es demasiado estrecha como para instalar grandes capacidades de eólica offshore con fijación al fondo. Además, en la tecnología offshore flotante la ventaja tecnológica de productores europeos y chinos es menor y Japón espera crear una industria competitiva en esta área más fácilmente. Por otro lado, las condiciones climáticas japonesas son favorables para la energía solar. No obstante, los planes renovables son planteamientos a largo plazo: en el corto y medio plazos el apagón nuclear seguirá perjudicando a la economía japonesa.
En 2011, Japón realizó el mayor déficit comercial desde 1979. Aparte de la destrucción de producción doméstica por el terremoto, el tsunami y la crisis económica mundial, los problemas energéticos juegan un papel importante en este déficit. Japón importó más combustibles fósiles (sobre todo gas natural), justo cuando aumentaron los precios de estos productos en los mercados internacionales. Los problemas de suministro energético resultaron en aumentos del precio de la electricidad, algo que hizo aún más daño al sector productivo japonés.
Obviamente, la dependencia energética siempre ha sido un problema para Japón. El cuasi-apagón nuclear agravó está situación, perjudicando a la economía japonesa, especialmente por los altos precios energéticos internacionales. Como consecuencia, Japón está considerando expandir su capacidad renovable, especialmente en el ámbito de la eólica offshore. El país espera crear una industria internacionalmente competitiva en energía eólica offshore flotante (ver este documento del IEEJ) porque la plataforma continental japonesa es demasiado estrecha como para instalar grandes capacidades de eólica offshore con fijación al fondo. Además, en la tecnología offshore flotante la ventaja tecnológica de productores europeos y chinos es menor y Japón espera crear una industria competitiva en esta área más fácilmente. Por otro lado, las condiciones climáticas japonesas son favorables para la energía solar. No obstante, los planes renovables son planteamientos a largo plazo: en el corto y medio plazos el apagón nuclear seguirá perjudicando a la economía japonesa.
Klaas, me pregunto si la experiencia de este año en Japón, con la paralización de buena parte de su parque nuclear, ha llevado a la adopción de medidas de eficiencia energética coste-efectivas porque entiendo que buena parte de la reducción de la oferta fue cubierta por una reducción de demanda. Si es así, los efectos negativos sobre la economía japonesa pueden ser menores de los previstos porque, como indicamos en nuestro último informe anual, parece que algunas medidas de eficiencia energética son win-win.
ResponderEliminarHoy (13 Junio) anunciaron los 4 mayores productores eléctricos en Alemania sus planes de demandar € 15 mil millones del gobierno alemán como recompensa por el apagón nuclear.
ResponderEliminarAyer Japón reactivó una central nuclear por primera vez después del terremoto / tsunami:
ResponderEliminarhttp://edition.cnn.com/2012/07/01/world/asia/japan-nuclear-power/index.html