En representación de Economics for Energy participé la semana pasada en una Conferencia-Debate, organizada por el IDAE y dedicada a “Edificios de Consumo de Energía casi nulo: nueva construcción y rehabilitación”, en el marco de GENERA, Feria Internacional de Energía y Medio Ambiente.
En mi exposición hice hincapié en las barreras y distorsiones existentes para la eficiencia energética en el mercado inmobiliario (EEB) y en la necesidad de definir paquetes completos de medidas si queremos conseguir que la EEB se traslade al precio y sea incorporada racionalmente en las decisiones de inversión. Un desarrollo más amplio de estos argumentos puede verse en nuestro WP FA04/2012. “Climate Change, Buildings and Energy Prices”. Y detallé también los elementos que, en mi opinión, podrían configurar una política de promoción de la EEB en nuestro país. Son los siguientes:
Marco institucional :
- El sistema ha de ser voluntario, pero debe contener elementos de obligatoriedad.
- Debe estar basado en la colaboración público-privada.
- No obstante, su vértice institucional debe ser una agencia pública.
- Las empresas de servicios energéticos actuarán como interface, realizarán labores de auditoría, diseño y ejecución de los programas y garantizarán los resultados.
- La financiación debe estar basada (no exclusivamente) en fondos públicos.
Políticas :
- Los Certificados de Eficiencia Energética (CEE) actuarán como desencadenante del sistema y factor de precio y rentabilidad. Debe, por tanto, reforzarse su obligatoriedad con los cambios regulatorios/legislativos pertinentes.
- Se creará un nuevo Impuesto sobre la Ineficiencia Energética de los Edificios, con estructura progresiva vinculada a la calificación de los CEE. Cuanto más baja sea esta calificación, más alto será el tipo; una alta calificación – los edificios de consumo de energía casi nulo, por ejemplo – hará que el impuesto sea cero.
- La recaudación obtenida con este nuevo impuesto será transferida a un nuevo Fondo para la Eficiencia Energética, que actuará como respaldo financiero para las iniciativas de EEB.
- El regulador podrá definir programas preferentes por razones distributivas, teniendo en cuenta que los inmuebles que pertenecen a propietarios con rentas más bajas son los que demuestran tener habitualmente una mayor ineficiencia energética.
Obviamente, la aplicación de estas políticas requeriría un desarrollo que no puedo abordar en este texto. Pero dos líneas de fuerza parecen claras: primera, los CEE deben convertirse cuanto antes en factores del precio en el mercado inmobiliario; segunda, la ineficiencia energética debe tener un coste.
El debate estuvo centrado en la aplicación en España de la Directiva 2010/31/EU, relativa a la Energy Perfomance of Building. Los edificios de consumo de energía casi nulo son definidos como aquellos que demuestran un nivel de eficiencia energética muy alto y la cantidad casi nula o muy baja de energía que consumen procede de fuentes renovables. Esta definición se concretará con un indicador numérico (Anexo I) de uso de energía primaria expresado en k-Wh/m2 por año.
La Directiva define objetivos ambiciosos para extender este tipo de edificación en los países miembros y establece el siguiente horizonte de compromisos (art. 9):
- El 31 de diciembre de 2020, todos los edificios nuevos habrán de ser al menos de consumo de energía casi nulo.
- El 31 de diciembre de 2018, los edificios nuevos ocupados y poseídos por las autoridades públicas habrán de ser de consumo de energía casi nulo.
- Los Estados Miembros elaborarán Planes Nacionales destinados a aumentar el número de edificios de consumo de energía casi nulo, que incluirán objetivos, medidas y políticas destinadas a la transformación de los edificios antiguos en esta misma dirección.
- Los Planes Nacionales fijarán objetivos intermedios para mejorar la eficiencia energética de los edificios nuevos en 2015.
- La Comisión evaluará los Planes Nacionales y publicará el 31 de diciembre de 2012, y cada tres años después de esta fecha, un informe sobre el progreso de los Estados Miembros en incrementar el número de los edificios de consumo de energía casi nulo.
Como se observa, las metas para extender la eficiencia energética en las edificaciones son ambiciosas y fijan plazos que nos hacen ir, una vez más, con retraso. Nada nuevo bajo el sol. De hecho, con mayor retraso vamos en la extensión del sistema de Certificados de Eficiencia Energética para los edificios. Solo 7 Comunidades Autónomas han establecido el registro pertinente y apenas disponemos de datos consistentes para evaluar comportamientos y políticas en este mercado. Nuestro país no se ha tomado en serio todavía este tema, pero habrá de hacerlo si quiere cumplir sus compromisos con la UE y aspira a definir buenas políticas energéticas y climáticas.
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