En un post anterior, utilizábamos los índices de Eficiencia Energética (EE) que construye Odyssee para conocer cuál es el nivel de EE que presenta nuestro país y la evolución que ha seguido durante las últimas décadas, así como comparar estos datos con el resto de países del entorno. En esta ocasión la misma fuente de datos nos permitirá conocer la situación de Portugal; un país con muchas similitudes al nuestro, lo que nos permitirá sacar conclusiones sobre nuestra propia trayectoria en EE.
Según los datos de Odyssee, el nivel de EE en Portugal mantiene una senda de crecimiento continuado que durante el periodo comprendido entre los años 2000 y 2010 fue del 4%. Recordemos que la trayectoria de España para el mismo periodo ha sufrido algunos altibajos, incrementándose notablemente durante los años 2004 a 2008, a la vez que convergía hacia la UE, y regresando a la senda de la ineficiencia energética con el inicio de la crisis.
A nivel desagregado, algunos sectores de la economía han seguido tendencias similares entre los dos países: en Portugal la EE del sector transporte también se ha visto perjudicada por la crisis, igual que en España, en donde las particularidades de nuestra geografía y el envejecimiento de la flota, hacen que estemos por debajo de la media de la UE. En el sector industrial Portugués, fue el sub-sector del papel uno de los que más ha incrementado su EE, mientras que en España, han sido los sub-sectores de la comida y el hierro y el acero los más destacados. Sin embargo, las mayores diferencias se encuentran en el sector residencial. Los autores de estos informes identifican el sector residencial Portugués como el sector que más ha contribuido al incremento del nivel de EE total. Los gráficos que siguen muestran las ganancias en EE de ambos países, mientras que la línea amarilla representa la media Europea.
Llegado este punto, lo normal es preguntarnos qué han hecho nuestros vecinos para obtener unos niveles de EE en el sector residencial más elevados partiendo de unas condiciones similares. Recordemos que, a pesar de que el consumo residencial en España y Portugal está por debajo de la media de la UE (lo que hasta ahora podía ser explicado por climas más suave y menores niveles de equipamiento electrónico en ambos países), durante los últimos años, el consumo residencial en España aumentó más que la media Europea, lo que provocó que el nivel de EE no fuera tan elevado. Este hecho se puede explicar en parte por el aumento del poder adquisitivo, lo que también ha empujado el número de aparatos eléctricos en los hogares, así como por el aumento del número de edificios, producido por el boom de la construcción. Sin embargo, puede haber otro factor importante que haya jugado un papel diferenciador entre ambos países: la temprana implantación de la normativa Europea relativa a la certificación energética en edificios, llevada a cabo por Portugal.
Portugal jugó un papel determinante a favor de la EE trasponiendo las directivas 2002/91/CE y 2010/31/EU relativas a la eficiencia energética de los edificios. Recordemos que la primera de estas directivas fijaba como plazo límite para implementar el sistema de certificación de eficiencia energética y los requisitos mínimos que los edificios de nueva construcción o aquellos renovados en una parte importante, el año 2009. Pues bien, mientras que en España el Real Decreto 47/2007 trasponía parte de esa legislación Europea a los edificios nuevos, pero no fue hasta el mes pasado que se publicó el Real Decreto 235/2013 completando la transposición de las Directivas antes citadas a la totalidad de los edificios; en Portugal fue en el año 2006 cuando se adoptó la totalidad de la legislación.
Además de esta pronta implantación del sistema de certificados de EE, Portugal parece haberse tomado en serio la certificación en edificios lo que puede comprobarse en el número de certificados que se han emitido desde entonces y la información detallada que recoge el portal ADENE, agencia para la Energía en Portugal.
Fuente: 'Casa Certificada'.
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