En este blog ya hemos hablado mucho de las renovables en general y de la eólica en particular. Hablamos de la tecnología, de las subvenciones y políticas, y de las posibilidades de reducir las emisiones. Un detalle de la generación eólica que se discute menos es el tema logístico. Montar un parque eólico no significa solamente producir los molinos, también hay que transportarlos al destino final. Esto representa un desafío logístico elevado. Aquí en Vigo tenemos una industria experta en logística eólica. He podido reunirme con un alto representante de una empresa de Vigo y he aprendido mucho sobre la logística eólica.
La tecnología eólica ha estado avanzando continuadamente en los últimos años. Los molinos cada vez son más altos, lo que significa un aumento de la eficiencia: Cuanto más alto es un molino mejor puede aprovechar de los vientos. Actualmente las máximas medidas están de más de 70 metros por pala, como por ejemplo aquellos molinos que se están intentando instalar en un parque offshore británico. Estos modernos aerogeneradores tienen una capacidad de 5MW o más - los primeros molinos de los años ochenta generaban unos 50 kW y sus palas tenían una longitud de unos pocos metros.
A la vez que aumenta el tamaño, se complica el transporte y la logística. Con el volumen tan elevado del molino final, este se transporta por partes: La base (fundamento), las palas, el generador, y los componentes de la torre, que suelen ser tres. Muchas veces, estas piezas vienen de distintos productores de distintos países, y los requisitos de transporte son variados y especiales. Las palas y los 3 componentes de la torre son las partes más grandes. Transportar esas partes es lo más complicado, tanto por vía terrestre como marítima. El generador típico de hoy en día es un poco más pequeño que un coche – he podido ver algunos en el puerto de Vigo. Caben tres en un contenedor estándar de transporte. Lo importante para el transporte del generador es la protección y buena fijación de la mercancía porque es una maquinaria delicada.
El transporte de los diferentes componentes por tierra se hace en camión. Esto requiere un permiso especial de las autoridades de tráfico y un camión especial que normalmente vuelve vacío después de la entrega; se trata de camiones especializados que no tienen utilidad alternativa. Además estos camiones tienen que ir acompañados por dos coches de seguridad, uno delante y otro detrás. En fin, es caro. En el norte de Europa, en zonas de topología plana, es posible hacer el transporte por tren. Esto supone ahorros y una ventaja natural para la industria eólica en estas zonas. En España el transporte por tren es básicamente imposible por la cantidad de curvas, túneles y puentes necesarios para atravesar el paisaje de la península.
El transporte marítimo es algo más coste-eficiente, pero no es nada fácil tampoco. Las medidas excepcionales de las palas y los componentes de la torre limitan las posibilidades de estiva en los barcos; no se transporta en contenedores con lo cual no es posible estivar un componente de la torre encima del otro. El transporte marítimo para un componente de la torre en un típico viaje de Europa a Norteamérica cuesta aproximadamente unos 90$ por metro cubico – y aquí hay que tener en cuenta las medidas de estos componentes que puedes alcanzar fácilmente los 30 metros de largo y 3-4 metros de diámetro. (Para las palas los costes se reducen ligeramente porque la estiva es menos complicada.)
Dada la complejidad y el coste del transporte, es una ventaja significativa para cualquier productor de componentes eólicos estar cerca de las regiones de fuerte demanda. Antes, con grandes proyectos eólicos en zonas de gran recurso eólico de la península española, se construyeron muchas nuevas fábricas para ahorrarse el transporte; hasta la empresa danesa Vestas montó varias fábricas en España para reducir las distancias de la fabrica al emplazamiento final (ver una presentación de Vestas – en la página 5 hay un mapa con localizaciones de fábricas). Otro ejemplo local gallego es la empresa Ganomagoga, ubicada en Carballiño, especializada en elementos de torres para los molinos.
Pero en España ya no hay tanta nueva instalación eólica como antes. Se aprovechó ya de los mejores sitios para la energía eólica y con la moratoria de apoyo a la renovable se redujeron los incentivos para invertir en nuevas instalaciones. En un informe de la asociación empresarial eólica (p. 9) se demuestra que el crecimiento de capacidad eólica instalada se redujo desde el 50% en el 2000 al 5% en el 2011. Referente al empleo los datos de la página 7 indican que el empleo directo en la industria eólica se redujo también de unos 18.562 en el 2005 a unos 15.813 en el 2011.
Esta evolución tiene consecuencias para la industria eólica española, tanto para los productores como para las empresas de transporte. La industria de logística eólica aquí en Vigo se está preparando para una posible reducción en los mercados Europeos y un crecimiento del negocio en nuevos mercados eólicos como Brasil, México, China, India o Marruecos y Sudáfrica. Los productores eólicos ubicados en España se tendrán que enfrentar a estas realidades también. Con la creciente demanda en regiones lejanas, tendrán que asumir costes de transporte elevados parar llevar sus productos a estos nuevos territorios. Habrá que ver cómo una posible reorganización de la demanda mundial afectará al sector y a la industria eólica española y europea. Es probable que la situación para los productores europeos se complique, porque producir lejos de la obra final conlleva elevados costes del transporte, sobre todo si no se dispone de acceso cercano a un puerto.
La tecnología eólica ha estado avanzando continuadamente en los últimos años. Los molinos cada vez son más altos, lo que significa un aumento de la eficiencia: Cuanto más alto es un molino mejor puede aprovechar de los vientos. Actualmente las máximas medidas están de más de 70 metros por pala, como por ejemplo aquellos molinos que se están intentando instalar en un parque offshore británico. Estos modernos aerogeneradores tienen una capacidad de 5MW o más - los primeros molinos de los años ochenta generaban unos 50 kW y sus palas tenían una longitud de unos pocos metros.
A la vez que aumenta el tamaño, se complica el transporte y la logística. Con el volumen tan elevado del molino final, este se transporta por partes: La base (fundamento), las palas, el generador, y los componentes de la torre, que suelen ser tres. Muchas veces, estas piezas vienen de distintos productores de distintos países, y los requisitos de transporte son variados y especiales. Las palas y los 3 componentes de la torre son las partes más grandes. Transportar esas partes es lo más complicado, tanto por vía terrestre como marítima. El generador típico de hoy en día es un poco más pequeño que un coche – he podido ver algunos en el puerto de Vigo. Caben tres en un contenedor estándar de transporte. Lo importante para el transporte del generador es la protección y buena fijación de la mercancía porque es una maquinaria delicada.
El transporte de los diferentes componentes por tierra se hace en camión. Esto requiere un permiso especial de las autoridades de tráfico y un camión especial que normalmente vuelve vacío después de la entrega; se trata de camiones especializados que no tienen utilidad alternativa. Además estos camiones tienen que ir acompañados por dos coches de seguridad, uno delante y otro detrás. En fin, es caro. En el norte de Europa, en zonas de topología plana, es posible hacer el transporte por tren. Esto supone ahorros y una ventaja natural para la industria eólica en estas zonas. En España el transporte por tren es básicamente imposible por la cantidad de curvas, túneles y puentes necesarios para atravesar el paisaje de la península.
El transporte marítimo es algo más coste-eficiente, pero no es nada fácil tampoco. Las medidas excepcionales de las palas y los componentes de la torre limitan las posibilidades de estiva en los barcos; no se transporta en contenedores con lo cual no es posible estivar un componente de la torre encima del otro. El transporte marítimo para un componente de la torre en un típico viaje de Europa a Norteamérica cuesta aproximadamente unos 90$ por metro cubico – y aquí hay que tener en cuenta las medidas de estos componentes que puedes alcanzar fácilmente los 30 metros de largo y 3-4 metros de diámetro. (Para las palas los costes se reducen ligeramente porque la estiva es menos complicada.)
Dada la complejidad y el coste del transporte, es una ventaja significativa para cualquier productor de componentes eólicos estar cerca de las regiones de fuerte demanda. Antes, con grandes proyectos eólicos en zonas de gran recurso eólico de la península española, se construyeron muchas nuevas fábricas para ahorrarse el transporte; hasta la empresa danesa Vestas montó varias fábricas en España para reducir las distancias de la fabrica al emplazamiento final (ver una presentación de Vestas – en la página 5 hay un mapa con localizaciones de fábricas). Otro ejemplo local gallego es la empresa Ganomagoga, ubicada en Carballiño, especializada en elementos de torres para los molinos.
Pero en España ya no hay tanta nueva instalación eólica como antes. Se aprovechó ya de los mejores sitios para la energía eólica y con la moratoria de apoyo a la renovable se redujeron los incentivos para invertir en nuevas instalaciones. En un informe de la asociación empresarial eólica (p. 9) se demuestra que el crecimiento de capacidad eólica instalada se redujo desde el 50% en el 2000 al 5% en el 2011. Referente al empleo los datos de la página 7 indican que el empleo directo en la industria eólica se redujo también de unos 18.562 en el 2005 a unos 15.813 en el 2011.
Esta evolución tiene consecuencias para la industria eólica española, tanto para los productores como para las empresas de transporte. La industria de logística eólica aquí en Vigo se está preparando para una posible reducción en los mercados Europeos y un crecimiento del negocio en nuevos mercados eólicos como Brasil, México, China, India o Marruecos y Sudáfrica. Los productores eólicos ubicados en España se tendrán que enfrentar a estas realidades también. Con la creciente demanda en regiones lejanas, tendrán que asumir costes de transporte elevados parar llevar sus productos a estos nuevos territorios. Habrá que ver cómo una posible reorganización de la demanda mundial afectará al sector y a la industria eólica española y europea. Es probable que la situación para los productores europeos se complique, porque producir lejos de la obra final conlleva elevados costes del transporte, sobre todo si no se dispone de acceso cercano a un puerto.
Me encantan vuestros artículos y la seriedad que tienen, pero sinceramente, creo que el uso del término molinos les resta bastante seriedad. El uso de generadores o turbinas asienta bastante más el concepto.
ResponderEliminarApuntado!
ResponderEliminarGracias por tu interés!