A principios de año la Unión Europea decidió imponer un embargo a las exportaciones de petróleo de Irán. De esta forma la UE se unía a los Estados Unidos en su presión a Irán para que abandonase su programa nuclear. El pasado 1 de julio entró en vigor dicha medida. Aunque todavía es pronto para valorar sus consecuencias, vamos a intentar analizar algunas de las repercusiones que ha producido.
En un primer instante, el anuncio de la medida provocó una gran incertidumbre debido al peso de Irán en el mercado del petróleo. En 2011, Irán fue el quinto productor de petróleo en el mundo, así como el tercer país exportador. Para la UE, el petróleo iraní representaba el 6% de su consumo total, aunque en países como España, Grecia e Italia el peso era ampliamente superior al 10%. Desde el otro punto de vista, el mercado europeo significaba una cuarta parte de las exportaciones para Irán.
En el caso concreto de España, en 2011 las importaciones de petróleo procedentes de Irán fueron algo más del 14% del total. La pregunta es qué ha sucedido en los últimos meses. Aunque todavía no existen actualizaciones recientes, los datos que proporciona Cores muestran como las importaciones de petróleo procedentes de Irán se han ido reduciendo progresivamente hasta que en el mes de abril se paralizaron por completo. De esta forma, en el primer cuatrimestre del año, España había reducido sus importaciones de Irán un 75%, o lo que es lo mismo, en dos millones de toneladas de petróleo. En un principio se habló de que se podría sustituir por petróleo procedente de Arabia Saudí o Rusia, aunque los datos indican que han aumentado principalmente las importaciones procedentes de América (México, Colombia y Venezuela) y, en menor medida, de África (Nigeria). Todo hace indicar que España ha encontrado alternativas al abastecimiento de petróleo en condiciones similares, por lo que no ha sufrido consecuencias importantes.
Otra de las preocupaciones era cual sería la repercusión a nivel global, especialmente sobre el precio del petróleo. Aunque todavía no es posible sacar conclusiones, parece que la mayor producción en otros países ha permitido compensar el descenso de las exportaciones iranís, con lo que el precio no se hubiera visto afectado. Está claro que la crisis económica que sigue afectando especialmente a los países europeos ha permitido que la demanda de petróleo se estabilice lo que ha facilitado el proceso.
Lo que no está claro es que repercusiones ha tenido el embargo para Irán. Algunos expertos indican que las exportaciones se habrían reducido por lo menos una cuarta parte desde principios de año. Aunque la producción no hubiera descendido en la misma medida, una parte importante se estaría almacenando, sin poder darle salida al mercado exterior. Todo ello hace indicar que hasta el momento el coste económico para Irán rondaría los 10.000 millones de dólares.
En el corto plazo parece que el embargo petrolero a Irán está obteniendo los resultados deseados. El impacto sobre el suministro y el precio del petróleo parece mínimo, mientras que las pérdidas económicas para Irán están siendo considerables. Sin embargo, es necesario contextualizar los hechos en la coyuntura económica en la que atravesamos. En el medio plazo, cuando la actividad económica se recupere y la demanda de petróleo vuelva a incrementar, el embargo podría suponer una presión al alza en los precios. Cabe recordar que Irán es el cuarto país en cuanto a reservas petroleras, y por tanto uno de los países clave en el mercado.
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