Cada verano, con la llegada del buen tiempo, se intensifican los incendios forestales en España, como los acaecidos en Valencia o Tenerife estos días. Cuando ocurre alguno de estos desastres ambientales, inmediatamente surge un debate entorno a la gestión y prevención que se estaba llevando a cabo para tratar de averiguar si se podrían haber evitado. Los especialistas coinciden en que el problema del mantenimiento y cuidado de los montes para prevenir y controlar mejor los incendios es su falta de valorización.
Una forma de proporcionar valor a nuestra masa forestal es aprovechando su valor energético. Para el Proyecto Europeo FIRESMART, dedicado a la prevención de incendios forestales, la valorización de la biomasa debe orientarse a permitir costear los trabajos forestales necesarios para la correcta conservación de los montes sin que dependan de subvenciones. Se trata de ofrecer viabilidad a la gestión de estos espacios naturales.
El Plan de Energías Renovables (PER 2011-2020) aprobado en noviembre del año pasado realiza un análisis profundo de la biomasa como fuente de energía renovable. El PER cifra 27,6 millones de hectáreas forestales, con una tasa de extracción del 36,5% (volumen de cortas). Muy inferior a la capacidad productiva, y muy alejada de las cifras de la Unión Europea, que son del 69%. Esta situación de desaprovechamiento se ha ido agravando en las últimas décadas al generalizarse el uso de los combustibles fósiles. Con lo que existe actualmente una acumulación de combustible en los montes.
En las conclusiones de la Jornada de debate sobre esta temática, organizada por SELVIRED-FIRESMART a finales del pasado año, también recomiendan cuantificar las potenciales perdidas por los incendios para realizar estudios de evaluación económica, social y ambiental de las inversiones a realizar. Además proponen que la política forestal se coordine con la política energética y de desarrollo rural. En este sentido, el PER también plantea unos objetivos similares para el desarrollo de la biomasa: cuantificación de la biomasa forestal, así como estimación de los costes de aprovechamiento, y evaluación de la biomasa leñosa más adecuada para implantar en terreno forestal.
Es necesario puntualizar que la energía procedente de la biomasa (en su conjunto, no solo la forestal) representó en los últimos 12 meses el 3,9% de la demanda de energía primaría en España, prácticamente lo mismo que aportaron la eólica y solar juntas (4,2%).
En la actualidad, la mayor parte del consumo térmico final de biomasa en España proviene del sector forestal, y se utiliza en el sector residencial mediante sistemas tradicionales poco eficientes o en industria para consumo térmico. Pero en los últimos años se está produciendo una industrialización del tratamiento de la biomasa con la implantación de tecnologías modernas, por ejemplo, la instalación de calderas de biomasa de alta eficiencia en edificios. En general la inversión inicial en este tipo de instalaciones es mayor que para sus homólogas de combustibles convencionales. En cambio, los costes de operación de estos equipos son más bajos. Si nos fijamos en las cifras del precio de los combustibles que proporciona el IDAE, el gasóleo c se encuentra en 8,23 c€/kWh, que contrasta con los precios de la biomasa solida. Por ejemplo los pellets de madera a granel, según el IDAE, se encuentran a 3,38 c€/kWh. Esto permite a la biomasa convertirse en alternativa para la producción de energía para calefacción.
El escollo de la elevada inversión inicial se está solucionando con la entrada en el panorama energético español de las Empresas de Servicios Energéticos (ESE), ya aludidas en este blog. Asimismo, el IDAE dispone de un programa para facilitar la implantación de este tipo de instalaciones, el programa BIOMCASA. También la Plataforma Tecnológica Española de la Biomasa (BioPlat) trabaja en la determinación de estrategias para el aprovechamiento energético de la biomasa y su desarrollo comercial, centrándose en el empleo de combustibles sólidos para la combustión directa o la gasificación.
El aprovechamiento de la biomasa para generación eléctrica tiene aún unos costes elevados, tal y como señala el estudio del PER, ya que son necesarios sistemas más complejos de combustión que para otros combustibles sólidos. A esto hay que añadir la dificultad de aprovisionamiento de grandes cantidades de biomasa. Aunque se están buscando estrategias que puedan aumentar la viabilidad de este tipo de combustible para generación eléctrica. Un ejemplo es la Termosolar Borges, primera instalación del mundo que combina energía solar térmica con biomasa, que estará operativa el próximo octubre.
Como hemos visto la promoción de la biomasa tiene ventajas adicionales a las puramente energéticas. Además de contribuir a reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles de manera ecológica, ya que sus emisiones de CO2 son consideradas neutras, contribuye a la valorización de los espacios forestales.
Efectivamente, la bioenergía puede ser un punto de apoyo para reducir la incidencia de los incendios forestales en nuestros montes. Os invitamos a leer nuestra última nota de prensa con otras ventajas del aprovechamiento energético de la biomasa: empleo, ahorro de importaciones, etc: http://www.avebiom.org/es/noticias/News/show/rotunda-contribucion-de-la-biomasa-al-crecimiento-de-espana-501
ResponderEliminarLa biomasa debido a que es ecológica y que puede generar mucha energía, puede ser de gran ayuda para evitar incendios forestales. Sería muy bueno que las autoridades forestales aplicaran esta biomasa en caso de incendios.
ResponderEliminar