09 abril, 2012

Contadores inteligentes o la importancia de controlar nuestra demanda eléctrica

Una gran apuesta de futuro para la mejora de la gestión energética en general y, más concretamente, de la gestión eléctrica en particular son las smart grids (redes inteligentes), ya mencionadas en este blog. Una smart grid integra de manera inteligente las acciones de los usuarios que se encuentren conectados a ella; generadores, consumidores y aquellos que producen y consumen a la vez, para conseguir un suministro eléctrico más eficiente, seguro y sostenible, permitiendo una mayor integración de las energías renovables en el sistema y la posibilidad de la generación distribuida. 
Un primer paso para implantar esta nueva filosofía en la red es la introducción de sistemas smart meters (contadores inteligentes) que permitan una mejor gestión de la red y un mayor control del consumo en tiempo real por parte de consumidores y proveedores de electricidad, aportando información valiosa de sus patrones de consumo para así poder mejorarlos. En definitiva, para una participación más activa de los consumidores.
Hoy en día, según la Comisión Europea, sólo el 10% de los hogares europeos tienen algún tipo de smart meter instalado. La Directiva 2009/72/CE sobre normas comunes para el mercado interior de la electricidad y por la que se deroga la Directiva 2003/54/CE pone como ejemplo de fomento de la eficiencia energética la introducción de sistemas con contadores inteligentes y comunica que los Estados miembros deben garantizar la utilización de este tipo de sistemas, previa evaluación económica (la cual se realizará a más tardar en septiembre de 2012). En caso de que la evaluación sea positiva, el 80% de los actuales contadores deben ser sustituidos por contadores inteligentes para 2020. 
Teniendo en cuenta esto, el pasado mes, la Comisión Europea publicó una Recomendación para preparar el despliegue de este tipo de dispositivos, en la que se explica una metodología común a seguir para la realización de un análisis de coste-beneficio por parte de los Estados miembros para septiembre de este año. Además se establecen los requisitos y funcionalidades mínimas de los sistemas. Estos requisitos mínimos incluyen:
  • Actualizaciones frecuentes de las lecturas accesibles al consumidor para poder ser capaz de seguir su consumo en tiempo real y así incentivar el ahorro energético y económico asociado.
  • El almacenamiento de datos para que los consumidores puedan disponer de información sobre sus patrones de consumo para ayudar  a una toma de decisiones  sobre el uso de energía en el futuro. 
  • Lectura remota de los contadores por parte del operador de manera frecuente para ayudar a una mejor planificación de la red. 
  • Control de las tarifas a distancia que permita a los consumidores responder a la variación de los precios en tiempo real.
Esta publicación también dedica gran parte de su contenido a la protección de los datos de los usuarios, estableciendo unos requisitos claros para el acceso a información personal muy valiosa, entre la que se encuentra nada menos que la manera de consumir energía.
En España, la Orden ITC/3860/2007 introduce un “Plan de sustitución de equipos de medida” que se determina la sustitución de los contadores (para suministros de hasta 15kW) por los nuevos contadores para antes del 31 de diciembre de 2018. En la Orden se planteaban unos hitos que no se estaban cumpliendo, tal y como advertía la CNE en su informe de seguimiento, por lo que fue modificada en febrero de 2012 con la Orden IET/290/2012 para extender los plazos de los hitos intermedios previstos sin modificar la fecha final, tal y como explica Alfredo Zazo en su blog
Conociendo este marco normativo, compañías y organizaciones están llevando a cabo programas y proyectos piloto para analizar el despliegue de este tipo de dispositivos a gran escala. Así, por ejemplo, Iberdrola con el llamado proyecto STAR ha implantado, en una primera fase, 100.000 contadores en Castellón y se prepara para el despliegue en el resto de CCAA. Endesa lidera el proyecto Smartcity que mediante la integración de energías renovables, modelos de gestión de microgeneración eléctrica o sistemas de almacenamiento energético pretenden obtener un ahorro energético del 20%. Por su parte Unión Fenosa distribución tiene en marcha dos proyectos, SCALA y Energos para el desarrollo de las redes inteligentes. 
Esta evolución de las redes eléctricas (también en las redes de gas o de agua) permitirá a los proveedores y usuarios finales coordinar sus necesidades y capacidades. Esto puede mejorar la eficiencia, fiabilidad y flexibilidad, reducir el costo del suministro de electricidad, y reducir los impactos ambientales. En comparación con los sistemas actuales, las redes inteligentes implicará el intercambio de más información a todos los niveles. Pero este ahorro energético y económico no vendrá dado por sí mismo por unos dispositivos con una serie de mejores funcionalidades, sino por como aprovechen los usuarios sus ventajas. Por lo tanto, esté despliegue tecnológico debe ir acompañado de políticas y planes que fomenten e impulsen el aprovechamiento efectivo de estos sistemas. Y es que, como ya hemos dicho, es muy importante conocer nuestro consumo para poder ser más eficientes y mejorarlo. “Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre.” (Lord Kelvin). 

3 comentarios:

  1. Gracias Pablo por la entrada. La verdad es que este sector de las smart-grids/smart-meters está generando un número muy grande de proyectos de investigación. Además de los que comenta Pablo hay unos cuantos más: GAD o PSE-REDES (nacionales), ADDRESS (europeo) en los que hemos participado desde el IIT. En todos ellos hemos tratado de cuantificar ese ahorro energético y económico que comenta Pablo para las redes, los sistemas de generación, o los consumidores. En las publicaciones de Economics for Energy hay un documento de trabajo con Adela Conchado en el que se ofrecen unos cuantos números, que estamos ampliando en estos proyectos posteriores.

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  2. Esta entrada pone de manifiesto una vez más la importancia que tienen los contadores inteligentes para aumentar la eficiencia energética en los edificios. Como bien dice Pablo, la falta de conocimiento sobre el propio consumo energético ha sido identificada por la literatura como una de las principales barreras para la implantación de medidas de eficiencia energética en el sector de los edificios.

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  3. Un buen final para una entrada muy interesante e informativa. Como bien dices, el éxito de estos sistemas vendrá dado por su capacidad para tener en cuenta los límites humanos (de tiempo y de manejo de información, por ejemplo) y el apoyo que pueden prestar a las políticas incentivadoras que se puedan diseñar. Si los contadores inteligentes se convierten simplemente en una herramienta técnica para solucionar u optimizar ciertos problemas, creo que gran parte de su potencialidad será desperdiciada.

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