Todos los escenarios energéticos para el futuro indican que los sistemas energéticos cambiarán considerablemente (ver por ejemplo los escenarios del IPCC y IEA). Últimamente, Alemania ha atraído la atención en este sentido por su programa “Energiewende” (transición energética). En los últimos dos meses el European Energy Review (EER) ha dedicado dos entradas (1 y 2) a este tema. El interés se explica porque Alemania es el primer país desarrollado con un plan vinculante para cambiar su sistema energético y basarlo en las energías renovables. Según el EER esta tarea es igual de exigente que los esfuerzos de reunificación que realizó el país germano a partir del 1990, o que el programa espacial “Apollo”. En otros países se observa muy atentamente lo que ocurre en Alemania, porque puede que ellos mismos tengan que tomar un camino similar tarde o temprano. Además, al tratarse de una de las principales economías europeas, todo lo que haga Alemania va a afectar a sus vecinos europeos. Es por todo ello que dedico mi entrada de hoy a la transición energética alemana.
Todo empezó con el sorprendente cambio de rumbo en la política energética de la canciller Merkel después de los incidentes de Fukushima, hace ya más de un año. En vez de prolongar el vencimiento de las centrales nucleares alemanas existentes, solución por la que optó para combatir el cambio climático antes del tsunami de Japón, Merkel anunció su cierre a corto plazo y la desconexión de la mitad de ellas de forma instantánea (en su día realicé un resumen sobre este tema en el blog). Para cumplir con los retos climáticos y controlar las emisiones de CO2, el gobierno anunció el arranque de la llamada transición energética, la cual tiene como objetivo transformar el sistema energético alemán basándolo principalmente en energías renovables. Los objetivos principales son:
- reducciones de los GEI en un 40% para 2020 comparado con los niveles de 1990 y del 95% para 2050.
- reducciones del consumo energético primario del 20% para 2020 y 80% para 2050.
- mejoras anuales en intensidad energética del 2,1% en el futuro.
- 18% de consumo final energético suministrado por renovables para 2020 (60% en 2050).
- 35% de renovables en generación eléctrica para 2020 (80% en 2050).
- reducción del 10% del consumo de electricidad para 2020 (25% en 2050).
- reducción del 20% de la demanda energética de calefacción para 2020.
El ministerio declaró recientemente que esta transición avanza satisfactoriamente (link solo disponible en alemán), pero otros grupos de interés, tanto políticos como industriales, no están de acuerdo. En una reciente entrada en EER se resaltan las crecientes críticas por la falta de ideas y propuestas para alcanzar estos objetivos planteados. Para hacer realidad esta transición, todavía falta mucho por hacer en lo referente a la estructura energética como avance tecnológico. A continuación resumiré los puntos más importantes de algunas de las críticas.
La red: Los grandes consumidores industriales de energía y electricidad están en el Sur de Alemania mientras que gran parte de nueva capacidad renovable se situará en las zonas costeras del Norte (eólica offshore), a pesar de esto la nueva construcción de líneas de transporte de energía eléctrica evoluciona lentamente. Se estima que serán necesarias 3.600 km de nuevas líneas para poder conectar la capacidad adicional renovable estimada en el plan (esta problemática ya se comentó con anterioridad en este blog).
Almacenamiento de energía: La variabilidad de la producción de energía renovable (sobre todo solar y eólica) hace que sean necesarios sistemas de almacenamiento energético. Según el ministro de medioambiente Röttgen, las tecnologías de almacenamiento serán la clave para el éxito de la transición energética. El gobierno ha reservado unos 200 millones de Euros del presupuesto de I+D para sistemas de almacenamiento que se dirigen a diferentes tecnologías de almacenamiento (baterías de litio, bombas de calor, sistemas de almacenamiento descentralizados, almacenamiento de calor térmico e hidrógeno). Actualmente los embalses no están contemplados como una opción de almacenamineto porque la orografía alemana dispone de pocos emplazamientos adecuados para este tipo de infraestructuras, además la población se opone a este tipo de actuaciones por preocupaciones medioambientales.
La eficiencia energética: En este objetivo Alemania va por detrás de sus planes, según EER parte del problema se debe a que los propietarios de edificios no implantan medidas de mejora a pesar de que les reportarían ventajas económicas. Este problema es muy común y conocido, y está relacionado con las ineficiencias en el mercado (fallos de mercado, falta de información, comportamiento irracional), sobre todo en eficiencia energética de edificios, ya comentado en este blog en varias ocasiones (link 1, 2, 3). En Alemania los fondos para incentivar las medidas de mejora en el aislamiento y de eficiencia energética están vinculados a los ingresos de las subastas de permisos de emisiones, pero últimamente los precios estos han bajado, dejando poco margen de actuación en este ámbito.
Los beneficios auxiliares: Un argumento frecuente a favor de las tecnologías renovables son los beneficios auxiliares (empleo y actividad económica, un medioambiente limpio y saludable, independencia energética, etc.). Actualmente el ministerio alemán de medioambiente anuncia en su página web que se crearon 380.000 puestos de trabajo en el sector de energías renovables, pero desafortunadamente, en los últimos meses hubo retrocesos en el argumento de creación de empleo. La creciente preocupación sobre el coste del sistema de tarifas alemán (FIT) ha llevado al gobierno a bajar las tarifas para la producción solar en un 30%. Esto, en combinación con la fuerte competencia de productores asiáticos de paneles solares, ha aumentado aún más la presión a la que está sometida la industria solar alemana.
La capacidad de reserva: La electricidad producida por las energías renovables es relativamente volátil, ya que depende de las condiciones climáticas (viento e irradiación solar), y para evitar fallos de suministro durante los días de poco viento y/o sol, hace falta capacidad de reserva. Actualmente los precios de electricidad dejan poco margen para las centrales de gas (el tipo de central de reserva típico) y por tanto el sector privado no tiene suficiente incentivo económico para facilitar el aumento de esta capacidad de reserva necesaria.
Todos estos problemas complican la transición energética alemana. Después de un inicio eufórico en la transición energética, Alemania se enfrenta a problemas reales. Matthias Kurth, presidente de la agencia alemana de redes industriales (Bundesnetzagentur) hasta marzo 2012, dijo en una entrevista reciente: “celebramos el acontecimiento prematuramente”.
hoy European Energy Review publicó una entrevista con Fritz Vahrenholt, director ejecutivo de RWE innogy. En ella Vahrenholt da su opinión a varios temas energeticas, entre ellos la transición energética alemana, el cambio climático, shale gas y mucho más... Las posiciones de Vahrenholt provocan una discusión controversa en los comentarios:
ResponderEliminarhttp://www.europeanenergyreview.eu/site/pagina.php?id_mailing=272&toegang=7a614fd06c325499f1680b9896beedeb&id=3681
En mi entrada menciono las criticas que la transición energética alemana va lenta. Pues, la semana pasada el ministro de medioambiente alemán, principal responsable para el progreso de la transición, ha sido sustituido. Interesantemente, las problemas con la transición no han sido la principal razón para el despido, sino una derrota electoral importante. Hay grandes espectativas de que el nuevo ministro consiga mas avances para la transición energética alemana.
ResponderEliminarun comentario en el prestigioso "der Spiegel" ofrece mas detalles:
http://www.spiegel.de/international/germany/norbert-roettgen-is-only-the-latest-victim-in-merkel-s-conservatives-a-833671.html