Alemania es - como España - un ejemplo positivo para la aplicación de energía renovable. Geográficamente Alemania no es el país más adecuado de Europa para la energía eólica (y menos para la solar). No obstante las capacidades instaladas de estas tecnologías en el país están entre las más grandes en el mundo. Alemania consiguió esto instalando un sistema del tipo primas (feed-in-tariffs, FIT) con su decreto de energía renovable (llamado EEG en Alemania). La ley alemana da incentivos a inversores de cualquier tamaño a instalar capacidad renovable garantizando la integración de la electricidad generada en el sistema eléctrico a un precio predeterminado a largo plazo (hasta 20 años). Los costes de este sistema están asumidos por todos los consumidores de electricidad en Alemania; cada consumidor paga un prima sobre la factura de luz. El total de estas cuotas adicionales es igual al total de las primas garantizadas.
Pero Hans Werner Sinn, director del instituto de investigación económico CesIfo (Munich), argumenta en una sesión reciente (video solo disponible en alemán) que el sistema de apoyo de energía renovable alemán no ha conseguido ahorrar ni una tonelada de CO2 para el conjunto de Europa.
Esto se debe, según Sinn, a la paradoja funcional del sistema de primas (FIT) frente al sistema de permisos de emisión europeo (EUETS). Para entender la paradoja hay que analizar los dos sistemas por separado. Sinn argumenta que el EUETS individualmente conseguiría un precio homogéneo de permisos de emisión europeo. Esto daría incentivos iguales por todos los países europeos para tomar medidas de abatimiento de CO2 porque Europa conjuntamente tiene que cumplir con el límite total de CO2 predeterminado por el sistema EUETS. Los inversores elegirían las medidas para reducir la emisión total según el precio de mercado de los permisos. El equilibrio en el mercado europeo de permisos de emisión se forma a un precio igual al coste marginal de la última medida de abatimiento aplicada. De esta manera, el mercado elegiría las tecnologías de abatimiento más eficientes.
El sistema de primas alemán (EEG) impone sus tarifas garantizadas según la eficiencia actual de diferentes tecnologías renovables, garantizando primas altas a tecnologías todavía poco eficientes (la solar) y tarifas más bajas a tecnologías más maduras (la eólica). El motivo es conseguir precios de venta de la electricidad de cada tecnología lo suficientemente alto para que la tecnología sea rentable. En este sentido el EEG define que tecnología está instalada.
Sinn hace destacar que el EEG alemán choca con el sistema EUETS. Dice que lo único que consigue Alemania con ello es “artificialmente” aumentar la aplicación de tecnologías de abatimiento de CO2 poco rentables que normalmente todavía no se realizaría en un mercado regulado solamente por el EUETS. Consecuentemente las primas del EEG reducen la demanda de permisos de emisión del EUETS en Alemania. Los precios de los permisos de emisión bajan. En el resto de Europa realizan menos proyectos de abatimiento de CO2. Esto es simplemente porque ya no son necesarios más proyectos para cumplir el límite total de emisiones del EUETS: Alemania ya redujo sus emisiones tanto que en los demás países ya no hace falta reducir más. Todo lo que se consigue con el sistema de primas en Alemania es, según Sinn, una distorsión de precios de permisos de CO2. No se consigue ninguna reducción de emisiones en Europa conjuntamente. Simplemente se mueven las emisiones de Alemania a otros países.
Para una evaluación del efecto del EEG alemán a la emisión de CO2 al nivel europeo el argumento de Sinn es correcto. Es obvio que sistemas de primas (FIT) no casan bien con el EUETS. Es un ejemplo muy ilustrativo de como regulaciones a diferentes niveles (europeo, nacional, regional) se torpedean entre ellas, no funcionan bién conjuntamente (Xavier Labandeira comenta este problema también en una reciente publicación disponible en nuestra página web).
Referente al caso concreto de Alemania hay que considerar algunos detalles más. Sinn no considera los siguientes puntos en su argumentación sobre la interacción del EEG y EUETS:
Argumenta con los costes de abatimiento de CO2 de diferentes tecnologías. El grupo de tecnologías con potencial de abatimiento de CO2 es muy amplio. De hecho es mucho más grande que el grupo de tecnologías cubiertos por el EEG alemán (El EEG afecta solamente las energías renovables, i.e.: tecnologías de generación eléctrica limpia. En este sentido, reducir la emisión de CO2 y aumentar la generación eléctrica renovable no es necesariamente lo mismo en todos los casos).
Además, los sistemas de primas (FIT) tienen un horizonte más largo. Se intenta acelerar el desarrollo de tecnologías limpias para conseguir mejoras en eficiencia más rápidas (argumento de industrias infantas). Las ganancias al largo plazo son posiblemente grandes. Un país que consigue crear y domiciliar una industria de energía renovable líder tecnológicamente se asegura empleo y bienestar en las próximas décadas. Esto lo postula Michael T. Klare en un post reciente en el European Energy Review.
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