El un principio parecía que el artículo que salió en el Financial times el 21 de septiembre era una cáscara vacía, o uno de esos artículos alarmistas que cantan el fin del petróleo cada vez que el precio del barril del crudo supera $ 100. Pero no fue así, el autor Ed Crooks, hizo referencia a unas declaraciones inquietantes del presidente de SHELL. [FT] Shell chief warns of era of energy volatility, par Ed Crooks
El presidente de la compañía Shell, Peter Voser, declaró:
« La producción de los campos existentes disminuye un 5 % por año par a medida que la reservas se agotan, por lo que el mundo debe añadir el equivalente de la producción de cuatro Arabia Saudita o diez mares del norte en los próximos diez años, y esto solo para mantener el suministro al nivel actual sin contar con cualquier posible aumento de la demanda global. »
Cuatro Arabia Saudita ¿En diez años? Es decir, producir 40 millones de barriles por día (Mb/d), lo que es equivalente a la mitad de la producción mundial actual..!?
Por supuesto, Shell no proporcionó ningún detalle para apoyar esta sobrepuja cataclísmica. Peter Voser simplemente se contenta recordar que se necesitan « entre seis y diez años » para desarrollar un nuevo proyecto importante de petróleo o gas. Todo esto para decir que “Estamos moviéndonos hacia una inevitable volatilidad (…) de precios de energía en general”
Para remachar el clavo el Sr Voser añadió que: « Lo más probable es que habrá dificultades para equilibrar la oferta-demanda, por lo tanto esto provocará un aumento en los precios de la energía a largo plazo... » Pero aquí, el presidente de Shell, sin duda, no da las medidas de lo que puede imponer la necesidad de reemplazar…cuatro Arabia Saudita en diez años!
En Noviembre de 2010, la Agencia Internacional de Energía (ANE) evocaba discretamente la necesidad de desarrollar antes del año 2020 el equivalente de la producción de “sólo” dos Arabia Saudita, justo para compensar el descenso de la producción en los campos existentes. Probablemente es un reto fantástico, pero poco realista según muchos expertos (geólogos, ingenieros, financieros, etc.). Ahora tenemos el doble de esta proyección según Shell: Casi la mitad de la capacidad de producción mundial para ser remplazado en diez años!
El discurso de las compañías petroleras occidentales resulta muy extraño e inquietante. Parece que después de haber fingido durante años y haber ocultado la seriedad del problema del “peak oil”, ahora varios majors juegan a quien será el más alarmista.
¿Porque este cambio?
Desde el derrame de petróleo en el Golfo de México, y a pesar de la hostilidad de parte de la opinión pública en Estados Unidos, Shell no ha parado de hacer una fuerte presión sobre Washington para obtener el campo abierto frente a Alaska en el Océano Ártico. Valió la pena, ya que la Agencia Federal de Protección Medioambiental acaba de autorizar a Shell a estrenar la última zona prolífera sin explorar en el territorio de Estados Unidos.
Shell también está apuntando al (« tight oil ») norte-americano, cuyos costes de operación son muy enormes. Se podría establecer la siguiente hipótesis: ¿Cuál es la mejor estrategia que impulsa un gobierno a liberar todos los permisos necesarios para la explotación petrolera que una predicción apocalíptica en las columnas del Financial Times?
Nada aún está escrito!!
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