Pues sí, a modo de celebración particular del 4 de Julio, al fin vuelvo a bloguear! Pero primero de todo me gustaría pedir disculpas a los que seguís este blog, y que quizá hayáis pensado en que ya lo había abandonado...Lo cierto es que los últimos tiempos han sido muy, muy complicados: fin de curso en ICAI, bastantes líos de gestión, y para rematarlo, viaje a EEUU para el verano con el follón logístico correspondiente (instalación de la familia, viajes de trabajo, etc). Un sinvivir que no me ha dejado tiempo para bloguear, aunque sí para tratar de seguir (con retraso) lo interesante que ha ido saliendo en la web.
Pero bueno, ya está bien de aburriros con mis miserias, y como primer tema, uno de los más populares, el shale gas y su relación con los precios del petróleo, tema interesante donde los haya.
Primero, y no necesariamente por orden cronológico: Michael Levi refuta, con ayuda del NETL, el famoso paper de Robert Howarth sobre el impacto ambiental del shale gas en el que decía que este gas acababa emitiendo más CO2 que el carbón. Parece que las cuentas no eran tan buenas. ¿Y qué tiene esto que ver con el precio del gas y el petróleo? Pues que la creciente preocupación por el impacto ambiental del shale gas podría hacer que su precio subiera, y recuperara (algo) su relación con el petróleo. De hecho, no es este el único tema a tener en cuenta: al hilo de los últimos artículos del NYTimes, Michael Levi de nuevo reflexiona sobre el precio del gas, concluyendo en que, por distintos factores, posiblemente sea inferior al que debería tener. Es decir, que el desacoplamiento podría ser en parte ficticio.
En todo caso, y como bien muestra gráficamente David Ruyet, lo que está claro es que hay mucho shale gas (incluso demasiado para algunos agentes incumbentes en Francia, que no quieren más...). Evidentemente, al aumentar la oferta de gas, bajará su precio. Pero esa no debería ser la razón del desacoplamiento de precios: realmente los precios se deberían acoplar por su capacidad de sustitución en el uso final, es decir, por su coste de oportunidad, algo que cada vez es menos entendible, dado que el gas no se usa tanto en el transporte (que es ahora mismo casi el único uso del petróleo para energía). Aunque esto podría cambiar en el futuro, tal como defiende el MIT en su estudio The Future of Natural Gas (resumido aquí por Revkin).
Lo que pasa es que la cosa no es tan sencilla: Klaas en el blog de EfE cuenta cómo también los costes de transporte de gas y otros factores tienen parte de "culpa". Y John Parsons analiza sobre todo las diferencias de volatilidades (además de ilustrarnos sobre "desacoplamientos" pasados).
En resumen: todo parece indicar que los precios del gas y los del petróleo seguirán sendas cada vez más diferenciadas, aunque lo razonable sería esperar una disminución de la diferencia de precios (por la subida del gas). En todo esto también juega un papel importante el propio desacoplamiento de los mercados de gas, y por tanto la influencia del shale gas americano en los mercados de gas europeos o asiáticos. Otro tema para otro post.
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