Hace poco dedicamos un post a hablar del sistema de obligaciones; una nueva
política de promoción de la eficiencia energética que empieza a implantarse en
algunos países de Europa. Recordamos que este sistema consiste en fijar un
determinado nivel de ahorro energético que las comercializadoras y/o
distribuidoras de gas y/o electricidad (según el diseño) deben conseguir en un
periodo de tiempo determinado. Dicho ahorro ha de alcanzarse mediante la
aplicación de medidas de eficiencia energética aplicadas a sus consumidores
finales (estos pueden pertenecer a diferentes sectores, también según el diseño
del sistema). Como comentábamos en dicho post, han sido pocos los países
europeos que han apostado por este tipo de mecanismos, solo Italia, Francia,
Reino Unido o la región de Flandes.
Estas experiencias son también muy recientes. Sin embargo, en EE.UU.
este sistema de promoción de la eficiencia energética lleva aplicándose a nivel
estatal desde hace ya una década, y sirve, por lo tanto, como objeto de estudio
para futuras aplicaciones en Europa.
En 1999, Texas fue el primer Estado en implementar un sistema de
obligaciones para eléctricas conocido como ‘Energy Efficiency ResourceStandards’ (EERS). Desde entonces, han sido unos 25 los Estados que han
adoptado dicha legislación y 12 de ellos incluyen en la obligación a las
empresas de gas. En el gráfico que sigue a continuación, se
muestra el objetivo fijado en algunos de esos estados y el nivel que fue
alcanzado en 2010.
Fuente: www.aceee.org. |
En el año 2011, el ‘Amercian Council for an Energy-Efficiency Economy’,
(ACEEE), desarrolló un informe en donde analiza la situación de dichos
programas en base a entrevistas con expertos involucrados. En este informe se
resalta una particularidad que aporta a este tipo de medidas una dificultad añadida,
y que se debe tener en cuenta desde los momentos previos a su aplicación para
elegir la estrategia futura más adecuada. A diferencia de otras políticas como
los códigos o estándares que garantizan que los productos reúnen siempre unas
características mínimas deseadas, en los sistemas de obligaciones la dificultad
para cumplir el mandato va en escala ascendente, ya que cada año debe
mantenerse el nivel de ahorro sobre el año base. Como muestra el gráfico
anterior, este nivel de ahorro suele consistir en un porcentaje del año base y
en muchos casos ese porcentaje va aumentando, haciendo el sistema cada vez más
estricto. La única manera de conseguir el objetivo durante los años
consecutivos pasa, por lo tanto, por aumentar el número de clientes sobre los
que se persiguen los ahorros energéticos o bien por llevar a cabo medidas que
consigan ahorros adicionales, que generalmente van asociadas a un menor ratio
coste-eficiencia.
Es fundamental tener en cuenta este hecho a la hora de diseñar la
estrategia inicial, ya que esta condicionará el coste futuro de esta medida. Según
el informe, las estrategias seguidas por los diferentes Estados consisten en
encontrar la combinación adecuada de ‘profundidad’ y ‘extensión’; esto es,
algunos Estados han optado por implantar a gran escala las medidas más coste-eficientes
durante los primero años, dejando para los años futuros medidas más costosas.
Por la contra, otros estados optan por repartir los costes del sistema a lo
largo del tiempo, realizando paquetes de medidas de eficiencia energética profundas,
aplicadas a pequeños grupos de la población.
En el informe también se resalta la importancia de combinar estos sistemas
con otras medidas de promoción de la eficiencia energética entre los
consumidores. Así se apuesta por diferentes vías como la educación y
concienciación de los consumidores, de manera que se obtengan ahorros
adicionales a costes mínimos. En este sentido, algunas compañías están
experimentando con diferentes sistemas de información suministrada a los
consumidores que incluye información sobre su consumo propio a lo largo del
tiempo y también en relación con otros usuarios. Otra de las medidas que los
entrevistados creen necesaria son las subvenciones que incentiven la inversión
en equipos eficientes por parte de los consumidores.
Estos son solo algunos de los muchos aspectos que se deben considerar antes
de la implantación de tal sistema. Recientemente fue aprobada la Directiva Europea sobre Eficiencia Energética, en cuyo art.7 se obliga a los estados
miembros a implantar un sistema de obligaciones. A pesar de que al final de
dicho artículo se contempla la posibilidad de sustituir esta medida por alguna
otra política alternativa que consiga obtener el mismo nivel de ahorro
energético, la Comisión Europea ha mostrado un claro interés por la difusión de
esta política, lo que sin duda conlleva a que España, al igual que el resto de
países europeos, deban tener un profundo conocimiento sobre el funcionamiento y
los costes de implantación.
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