Para complementar las entradas recientes de Klaas sobre CCS,
una reflexión sobre sus costes. Como muchos habréis leído ya, en el informe deeste año de Economics for Energy sobre innovación hemos hecho un ejercicio de
modelización de los efectos de la investigación en la bajada de costes de las
tecnologías energéticas. Y uno de los mayores problemas a los que nos hemos
enfrentado es el determinar correctamente el coste de la captura y
almacenamiento de carbono, CCS.
La diversidad de estimaciones es apabullante,
desde los que estiman que el coste adicional de añadir CCS a una central de gas
o carbón no es demasiado grande, a los que lo consideran prohibitivo. Y claro,
esto hace que, según la estimación utilizada, el CCS entre en los escenarios
futuros o no.
Así, según el modelo PRIMES, el CCS costaría unos 750
euros/kW (adicionales al de la central convencional). La EIA estima unos 1000
$/kW, y otros modelos como el POLES suponen valores parecidos, todos ellos
referidos a 2010. Para 2030 estos mismos estudios dicen que el coste adicional
del CCS estaría entre 400 y 500 euros/kW. Con estos costes, el CCS sería
competitivo en 2030, y de hecho en nuestras simulaciones se instalaba esta
tecnología.
El problema es que estos costes parecen sorprendentemente
bajos para lo que observamos en la realidad. Aunque es difícil tener buenas
aproximaciones reales, porque no hay ningún CCS comercial, hay un caso
interesante del que aprender, el UK
CCS Commercialisation Competition. El Reino Unido subvencionó estudios de
ingeniería para la construcción de CCS, como el de E.On
o el de Scottish
Power. El de SP, por ejemplo, estimaba un coste del CCS de más de 5800
euros/kW. De hecho, el proyecto fue cancelado a la vista de estos números,
porque el coste era superior al aprobado por el parlamento (4000 euros/kW). La
visión del NYTimes tampoco
es particularmente optimista, por mucho que diga que hace falta CCS.
Es cierto que estos datos de Reino Unido son de 2010, y que
la tecnología puede mejorar. Por ejemplo, hace que se está investigando en
métodos más baratos para secuestrar el CO2, como mediante
caliza. Nuestro estudio también apunta a que, si se refuerza la inversión en I+D en esta tecnología, puede entrar en el sistema y producir ahorros para el mismo. Pero, de nuevo, todo depende del coste de partida que utilicemos.
Así que, ¿a quién creer?
Hola a todos
ResponderEliminarMe animo a escribir un comentario. A mí me da la impresión de que la tecnología CCS está un poco verde. Verde en el sentido de "no madura", no en el sentido de sostenibilidad jeje.
Ahora en serio. En realidad la mayoría de escenarios hablan de ahorro, eficiencia y renovables. La sociedad tiene un nivel organizativo brutal (que yo esté leyendo y escribiendo desde Alemania es buena muestra de ello) que le permitiría conseguir esos objetivos si se lo propusiera. ¿No creéis que el problema es más social que técnico?
La tecnología nos puede ayudar mucho en la transición a un mundo sostenible y seguro que lo va a hacer, de hecho ya lo está haciendo. Pero la búsqueda de este tipo de nuevas tecnologías me suena más a intentar cambiar pocas cosas de nuestro modelo actual. Puede que me equivoque, pero esto parecen parches, y no estoy muy convencido de que los parches sean suficientes para el reto que tenemos por delante.
Aún así me parece sensato estudiar todas las posibilidades, por supuesto.
Muchas gracias a todos los que escribís en el blog. Es muy interesante.
Pedro Olazábal
ps: me he despistado tres días de tu blog personal y nos has dejado una buena ristra :)