Después de violentas manifestaciones en Bretaña (Francia) contra el proyecto de la “ecotasa” para los camiones pesados, el ministro francés de agricultura, Stéphane Le Foll, presentará hoy lunes 4 de noviembre nuevas propuestas al primer ministro. En esta atmósfera venenosa se superpone un descontento fiscal a una escala nacional que se expresa más allá de la oposición. Hay muchas razones que podrían empujar al gobierno a establecer una adaptación específica para la región Bretona, e incluso a aplazar la puesta en marcha de la “ecotasa”. En este sentido se plantean varias preguntas, ¿qué ofrece este impuesto? ¿Realmente pone en peligro la región de Bretaña? Cinco principales etapas marcan la ruta de este impuesto.
-Primera etapa: una preparación a tientas (2006-2009)
El 4 de diciembre de 2006, el Ministro del Interior y de la ordenación del territorio, Nicolas Sarkozy se pronuncia en favor de un impuesto a los vehículos pesados. Concretamente, se refiere a gravar los vehículos pesados de 3,5 toneladas o más, franceses o extranjeros, que circulan por la red de carreteras francesas, fuera de las autopistas de peaje. Su objetivo es incitar a los transportistas a utilizar rutas más cortas o modalidades menos contaminantes para el medio ambiente y a financiar la infraestructura de transportes tales como el ferrocarril o el transporte fluvial. Se precisa que este canon tiene que ser plenamente repercutido sobre los cargadores y no sobre los transportistas, teniendo en cuenta las especificidades de los vehículos (grado de contaminación, tamaño,..) y las particularidades de las regiones. De resultas de ello la administración competente anuncia que una reducción del 25% será aplicada a los vehículos que operan en las zonas consideradas periféricas: Bretaña y la zona del suroeste. La tasa se integra con el Grenelle del medio ambiente y su entrada en vigor se planifica para 2012.
-Segunda etapa: primeras negociaciones y primeros retrocesos (2009-2011)
A principios de 2009, la economía Bretona parte en guerra contra este impuesto. Los jefes locales que han rebautizado la “ecotasa” poniéndole el nombre del Ministro del medio ambiente de la época, exigen que el dispositivo no se aplique a la Bretaña. Las manifestaciones se suceden sin impedir la apertura de un debate parlamentario algunas semanas más tarde.
Para evitar a los camioneros, Nicolas Sarkozy propone compensar el pago de la fiscalidad verde por las exenciones de las cargas sociales. La Bretaña se niega a contentarse con una reducción del 25% de la “ecotasa” y entran en negociaciones con el gobierno. En Noviembre de 2011, los camioneros ganan el pulso y obtienen un 40% de reducción de la “ecotasa”.
-Tercera etapa: la justicia mantiene una posición obstruccionista (2011)
El 08 de Febrero de 2011, la empresa “Autostrade per l'Italia” gana la convocatoria de ofertas para la verificación, operación y mantenimiento de la “ecotasa”. Diez días después, la justicia anula la licitación. Los ministerios de transporte y del medio ambiente temen un regreso a cero y una pérdida de un tiempo valioso. Pero, afortunadamente, el Conseil d'Etat (el Consejo de Estado) restablece la asociación entre el estado y la empresa “Autostrade por Italia” y firman el contrato en octubre del mismo año.
-Cuarta etapa: segundas negociaciones y segundos retrocesos (2013)
Cambio de mayoría en la cumbre del estado y un nuevo proyecto de ley para fijar ‘diversas disposiciones en materia de infraestructuras’. En la primera lectura en la Asamblea, los diputados Bretones presentan las enmiendas para pasar la reducción de la ecotasa del 40% al 50%, que consiguen a principios de abril.
Las negociaciones se continúan hasta el último momento y se consigue un compromiso entre el Senado y la Asamblea. Los vehículos pertenecientes al Estado y las comunidades locales destinados a la conservación de las carreteras estarán exentos de la “ecotasa”. Lo mismo para el transporte agrícola, tal como los tractores. El 25 de abril, el parlamento aprueba definitivamente el proyecto. Entre tanto, el Ministro de transportes anuncia el aplazamiento de la entrada en vigor a octubre de 2013 que luego se retrasa al 1 de enero 2014.
-Quinta etapa: esto es una suspensión, no una eliminación (2013)
Octubre de 2013, al aproximarse la fecha límite se levanta la ira. La Bretaña afectada por varios planes sociales se revela con algunas manifestaciones que se degeneran en violencia. El argumento principal de los detractores es el hecho de que la zona de Bretaña es una de las zonas excéntricas y remotas de Europa, dando lugar a viajes más largos, y por lo tanto un coste más elevado. Otro problema, la economía Bretona se basa esencialmente en agricultura y agroalimentación, dos sectores en fuerte crisis y que se basan en los transportes de mercancías. En Paris, el ejecutivo se preocupa sobre este aumento de violencia y, bajo la presión de los parlamentarios, el primer ministro francés anuncia, el martes 29 de octubre, una suspensión sine die de la ecotasa.
¿Qué costará esta suspensión al estado?
El impuesto debe reportar 1,15 mil millones de euros al estado. 750 millones se destinarán a los créditos presupuestarios del Ministerio de Medio Ambiente, 120 millones se dedicarán a las comunidades locales mientras que 250 millones de euros se dedicarán a la aplicación del impuesto. Si el gobierno prevé sólo un aplazamiento del impuesto, eso implica también un déficit real. Tres meses de retraso equivale a una pérdida de un cuarto de millón (más exactamente 225 millones de euros). Una importe cifra a la cual se le añade una dolorosa factura de lo que debe el estado a la empresa Ecomouv, el consorcio privado encargado de la recaudación del impuesto.
¿Tendrá el gobierno francés suficiente resistencia para afrontar estos contratiempos y unirse a los países Europeos que ya tienen adoptado este mecanismo?
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