Situación y evolución de la pobreza energética en España

Como ya hemos comentado en este blog, durante los últimos años la pobreza energética es una cuestión que preocupa cada vez más a los gobiernos, debido al aumento del número de familias que sufren esta situación. En España, debido al clima más cálido, este problema no es tan importante como en otros países como pueden ser Reino Unido o Irlanda, pero es importante detenernos un momento para analizar cuál es nuestra situación y cómo ha evolucionado durante los últimos años. 

El término pobreza energética hace referencia a las dificultades que afrontan algunas familias para mantener sus hogares a una temperatura adecuada o para pagar las facturas del gas y la electricidad. No existe hasta el momento una definición única y aceptada por todos los países; es Reino Unido el único que ha establecido su medida oficial de pobreza energética como aquellas familias que destinan más del 10% de sus ingresos a hacer frente al pago del conjunto de energías de uso doméstico. Las situaciones de pobreza energética se ven especialmente agravadas cuando se combinan los siguientes factores: aumento de los precios de la energía, grupos de ingresos más bajos y edificaciones de baja calidad o mal aisladas. 

Debido a la falta de una definición única y aceptada, existen importantes dificultades a la hora de medir la pobreza energética. En 2006, Francia, Bélgica, Italia, España y Reino Unido participaron en el proyecto ‘European fuel Poverty and Energy Efficiency’, EPEE, enmarcado dentro del programa ‘Intelligent Energy Europe’. El objetivo del proyecto fue dar a conocer la pobreza energética, estudiando las diferentes situaciones en cada uno de los países, identificando factores comunes entre ellos y  finalmente aportar una serie de buenas prácticas para hacer frente al problema. Con dicha finalidad se identificaron los siguientes indicadores como posibles medidores de la pobreza energética:

• Hogares con goteras en los tejados, humedades en las paredes o podredumbres en ventanas o suelos.
• Hogares incapaces de mantener el hogar a una temperatura adecuada.
• Hogares con retrasos en el pago de las facturas del gas o la electricidad.

Estos indicadores se encuentran recogidos por la encuesta europea ‘European Union Statistics on Income and Living Conditions’, EU-SILC, que tiene como objetivo analizar el nivel de ingresos, pobreza y situaciones de exclusión social entre los países de la Unión Europea. A partir de los datos de la EU-SILC, y utilizando los indicadores que recomienda la EPEE, a continuación se muestran tres gráficos con la evolución de los tres indicadores para España y algunos países de su entorno. 

En un primer análisis comparativo, los datos de las dos primeras gráficas muestran que, el porcentaje de familias españolas incapaces de mantener el hogar a un nivel de temperatura adecuado o que viven en hogares con importantes problemas estructurales es mayor al de Francia o Reino Unido, lo que cobra especial relevancia dado nuestro clima más cálido. En cuanto a la evolución, los datos muestran un claro aumento del porcentaje correspondiente a todos los indicadores al comienzo de la crisis económica de 2008, lo que significa que la crisis está teniendo efectos importantes sobre la pobreza energética en nuestro país, y por lo tanto, debe ser una cuestión relevante a tener en cuenta. 

El siguiente punto a resaltar es la importante caída de todos los indicadores a partir del año 2010, lo que a priori resulta bastante llamativo en medio de la crisis económica. Una posible explicación para este hecho podríamos encontrarla en la entrada en vigor a mediados de 2009 del bono social que, como recordaremos consiste en la congelación de la tarifa para determinados grupos como pensionistas con cuantías mínimas, familias numerosas o con todos sus miembros en paro, que quedó recogido en el Real Decreto-ley 6/2009. Este, cumple con la Directiva Europea 2009/72/CE por la que se requiere a los estados miembros que aprueben mecanismos de protección para los llamados consumidores vulnerables con el objetivo de hacer frente a las situaciones crecientes de pobreza energética en toda Europa. Por lo tanto, el bono social podría ser el responsable del descenso en el porcentaje de familias incapaces de pagar las facturas de la energía o mantener una temperatura adecuada en el hogar. Sin embargo, no parece tan claro si este puede tener algún efecto sobre el descenso del porcentaje de hogares con importantes problemas estructurales, para el que habría que buscar otra explicación, como por ejemplo las ayudas para realizar reformas en los hogares que mejoren la eficiencia energética.