Como expliqué en posts anteriores, existen distintos instrumentos regulatorios para llevar a cabo una política energético-ambiental, instrumentos que pueden valorarse en función de distintos criterios para decidir cuál es el que mejor se adapta al problema ambiental que se quiera corregir. De todos modos, la creciente complejidad de los problemas ambientales y el hecho de que todos los instrumentos presenten fortalezas y debilidades y ninguno sea lo suficientemente flexible y resistente para corregir todos los problemas ambientales en todos los contextos provocan que sea necesario, en general, utilizar varios instrumentos simultáneamente, en ocasiones con distintos objetivos.
Así, en el mundo real los instrumentos energético-ambientales no se aplican de manera aislada, sino que normalmente lo que se produce es la aplicación simultánea de varios instrumentos, con lo que el análisis de los instrumentos de manera individual puede tener serias limitaciones, ya que puede resultar difícil atribuir un determinado efecto sobre la contaminación a un instrumento particular y, además, la eficiencia en costes de la política puede verse afectada por la interacción entre instrumentos.
La combinación de instrumentos no tiene por que ser necesariamente positiva, tanto desde el punto de vista ambiental como desde el punto de vista económico. Al combinar instrumentos se producirán interacciones entre ellos, que pueden ser positivas (sinergias, complementariedades) o negativas (conflictos). Por ello, la literatura considera que para determinar ante que tipo de interacción entre instrumentos nos encontramos hay que tener en cuenta previamente una serie de cuestiones. Así, el proyecto INTERACT desarrolló una metodología general para analizar las interacciones, basada en el análisis de distintos elementos. Así, consideran que, en primer lugar, es importante conocer el alcance de cada instrumento, es decir, los sectores, agentes y emisiones afectados directa o indirectamente por cada instrumento. El segundo paso será determinar los objetivos de cada instrumento y el grado de compatibilidad entre ellos. Dos objetivos pueden estar en conflicto, si la consecución de uno de ellos impide total o parcialmente la consecución del otro, pueden reforzarse mutuamente, si la consecución de uno ayuda a la consecución del otro, o pueden ser neutrales, si la consecución de uno no afecta, o afecta mínimamente a la consecución del otro.
Otra cuestión importante es analizar el funcionamiento de los instrumentos, es decir, el impacto que tienen sobre los grupos objetivo. Hay que estudiar los efectos de las distintas obligaciones e incentivos cuando se aplican conjuntamente, teniendo en cuenta también los efectos que los cambios de comportamiento de cada grupo objetivo, como respuesta al instrumento, pueden tener sobre los otros grupos objetivo. Así, las obligaciones e incentivos que introducen los distintos instrumentos pueden ser contraproducentes, si las obligaciones e incentivos creados por un instrumento reducen los creados por otro, neutrales, si no afectan, duplicados, si con menos instrumentos se podría lograr el mismo efecto, o complementarios, cuando el efecto neto combinando instrumentos es mayor que si se suprimiese alguno de ellos.
Finalmente, hay que tener en cuenta la implementación y el proceso temporal de aplicación de cada instrumento. En el primer caso hay que estudiar las obligaciones concretas que impone cada instrumento a los distintos agentes y sus solapamientos; mientras que en el segundo hay que considerar la evolución temporal del instrumento, es decir, cuándo se introduce, en qué momento están planeados cambios en su funcionamiento, cuándo está previsto retirarlo, cómo distintos mecanismos pueden modificar su funcionamiento o cómo el instrumento responde a los cambios que se van produciendo en los grupos objetivo.
Analizadas estas cuestiones, clasifican las interacciones entre instrumentos de la siguiente manera:
- Interacción directa: ocurre cuando los grupos directamente afectados por dos instrumentos se solapan de alguna manera, de forma que dos instrumentos de política imponen obligaciones y/o incentivos al mismo grupo objetivo. Estos instrumentos pueden tener objetivos similares (interacción interna) o distintos (interacción externa).
- Interacción indirecta: en este caso un grupo está afectado indirectamente por un instrumento y, simultáneamente, directa o indirectamente por un segundo instrumento.
- Interacción operativa: existen dos alternativas en esta categoría, una primera es que una parte de un grupo afectado por un instrumento se pase a otro instrumento bajo ciertas condiciones, mientras que la otra alternativa es que las obligaciones y/o incentivos impuestos por un instrumento se vean deliberadamente modificados como resultado de su coexistencia con las obligaciones y/o incentivos impuestos por un segundo instrumento. En el primer caso el paso de un instrumento a otro puede ser voluntario o impuesto por el regulador.
- Interacción secuencial: difiere de la anterior en que los dos instrumentos, más que coexistir, se suceden en el tiempo. Esta interacción secuencial puede ser incondicional, con un instrumento reemplazando al otro, o condicional, si el segundo instrumento solo se introduce si falla el primero.
- Interacción de comercio: se produce cuando dos instrumentos se influyen mutuamente a través del comercio de un bien ambiental creado por uno de los instrumentos.
Una vez precisado el tipo de interacción ante el que nos encontramos, se le podrán aplicar los criterios de valoración explicados en un post anterior para determinar si dicha política es beneficiosa o perjudicial para combatir el problema ambiental considerado.
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