03 julio, 2014

Sobre la segunda jornada del 6º Workshop Atlántico sobre Economía Energética y Ambiental

La segunda jornada del 6º Workshop Atlántico sobre Economía Energética y Ambiental (AWEEE), celebrado la semana pasada en la isla de A Toxa, y organizado por Economics for Energy y el Centre for European Economic Research (ZEW), contó con dos secciones principales: una conferencia magistral, impartida por Massimo Felippini; y la sesión de “invited papers”, en la que participaron Ibon Galarraga, María Loureiro, Juan Pablo Montero y Massimo Tavoni. Tal y como hicimos en la primera jornada (ver aquí), en esta entrada proporcionaremos una visión resumida de lo expuesto y debatido. 
La presentación que Massimo Filippini (ETH y USI) ofreció bajo el título Underlying Energy Efficiency in the Residential Sector: an Economic Perspective, giró en torno a la necesidad de medir de forma adecuada la eficiencia energética. En la actualidad, la mayoría de gobiernos de todo el mundo están aplicando numerosas medidas públicas para promocionar la eficiencia energética, sin embargo, no existe un indicador correcto para medir la eficiencia energética. En general, la eficiencia energética se mide con la intensidad energética (consumo energético/PIB), sin embargo, el profesor de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, explicó que este indicador no es capaz de incorporar factores como el clima o la estructura del sector residencial de cada país, que determinan fuertemente el nivel de eficiencia energética de estos. Por ello, ha utilizado el método de Stochastic Frontier Analysis para determinar un nivel de referencia que sirva de comparación y también para estimar el efecto de las diferentes políticas públicas sobre el nivel de eficiencia energética de cada país. El resultado más novedoso fue el obtenido al aplicar esta metodología a datos microeconómicos de más de once mil hogares en los EEUU para el periodo 1996-2010. Los resultados de ese análisis muestran que en media, los hogares tiene un nivel de ineficiencia energética del 22-23%. Además, los autores encontraron que los ingresos de los hogares tienen un efecto positivo sobre el nivel de inversión en eficiencia energética, mientras que la antigüedad de los hogares tiene el efecto opuesto.
La sesión dedicada a los artículos invitados fue inaugurada por Ibon Galarraga (BC3), que expuso sus trabajos sobre la promoción de electrodomésticos energéticamente eficientes. Comenzó explicando el funcionamiento de los certificados energéticos y del sistema RENOVE de subsidios para adquirir nuevos bienes más eficientes. A continuación expuso la motivación de su investigación, mediante la que se pretende evaluar estas medidas de fomento de eficiencia energética, para así tratar de optimizarlas o proponer nuevas políticas. En este sentido, su análisis propone la implementación de un nuevo programa llamado “Bonus-Malus”. El sistema planteado se basa en gravar los bienes ineficientes y subvencionar a los energéticamente buenos. Para su diseño se busca minimizar la pérdida del bienestar bajo distintas condiciones. Para ello se ha sesarrollado un modelo cuyos resultados indican que el uso de un esquema “Bonus-Malus” para promover la compra de electrodomésticos más eficientes puede ser eficiente y reducir el consumo energético, sin que para ello se genere déficit. De este modo el consumidor puede elegir entre la subvención (y comprar un electrodoméstico de alta eficiencia energética) o por el contrario pagar una tasa.
María Loureiro (USC) presentó un trabajo sobre las preferencias de los usuarios por los automóviles (híbridos). Loureiro realizó un repaso de la situación del sector transporte en España, donde destacó cifras del consumo de energía final, más de un 37% pertenecieron a este sector en 2010. También  señaló la contribución del transporte por carretera al aumento de emisiones de gases de efecto invernadero, alrededor de un 26% de las emisiones totales en 2009. En este contexto y teniendo en cuenta el incremento de los carburantes, su estudio basado en encuestas trata de esclarecer las preferencias de la gente por los automóviles. Los resultados muestran que la disponibilidad a pagar por un vehículo híbrido es menor a la diferencia de precio con respecto a un automóvil convencional. Incluso incluyendo las distintas ayudas por parte del estado, no se supera el gap para fomentar el cambio de tecnología.
La intervención de Juan Pablo Montero (PUC Chile) también versó sobre el sector transporte, pero desde una aproximación diferente. Montero analiza las restricciones a los conductores para circular (por ejemplo, los vehículos solo pueden circular en una determinada zona dependiendo de la numeración de su matrícula – par o impar-) de modo que se combata la contaminación local. El objetivo del trabajo es comprobar si este tipo de restricciones pueden acelerar la introducción de coches menos contaminantes. En general, sus conclusiones muestran – por ejemplo en Santiago de Chile – que estas políticas aceleran la transición hacia un parque automovilístico más limpio. 
Massimo Tavoni (FEEM) cerró la sesión con la presentación de un estudio que evalúa la actividad innovadora relacionada con las tecnologías de ahorro energético. Para ello utiliza datos de patentes, PIB, intensidad energética, etc. El modelo expuesto relaciona la innovación con el gasto energético. Con esto se busca comprobar la influencia del gasto energético y predecir la evolución de la innovación. 
Además de las conferencias principales anteriormente descritas, se realizaron varias sesiones paralelas, a las cuales en breve podrán tener acceso desde aquí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios están sujetos a moderación. No se publicarán comentarios bajo el título de anónimo, pero sí con otro nombre.