Debido a los límites que tienen los instrumentos vía precios para reducir
el consumo energético residencial, algunos investigadores apuestan ya por otro
tipo de instrumentos basados en la información. Esta alternativa cuyas
principales ventajas son el bajo coste de aplicación y la aceptación social,
consiste en proporcionar a los consumidores un feedback que les permita conocer
de forma rápida y clara su consumo energético y al mismo tiempo incentive el
ahorro. A continuación repasamos las implicaciones que tienen los resultados
obtenidos en algunos experimentos de campo realizados en los EE.UU., que muestran
que, suministrando a los consumidores determinada información sobre su consumo
en relación a otro hogar similar, se ha conseguido reducir el consumo
energético en media un 2%.
Estos instrumentos de información se basan en la influencia que tienen las
normas sociales sobre el comportamiento humano, ya que según investigaciones
psicológicas, saber lo que hace el resto de los individuos tiene importantes
efectos sobre el comportamiento individual. En particular, un grupo de investigadores aplicó en 2007 esta teoría al estudio del consumo energético
residencial. Las hipótesis que demostraron con un pequeño experimento de campo
en California fueron que: proporcionando información descriptiva sobre normas
sociales; esto es, sobre lo que hace el resto de la gente (en este caso sobre
el consumo medio del vecindario) hizo que los hogares que consumían más,
redujesen su consumo. Además, probaron que, salvo que en la factura de la
electricidad se incluyera también información ‘injuctiva’ sobre normas sociales;
es decir, lo que está bien o mal, el consumo de los hogares que estaban por
debajo de la media aumentaba. Por
último, en los casos en donde ambas formas de información eran incluidas, el
consumo se reducía.
Más tarde, en 2011, Allcott, H., puso en práctica este mismo mecanismo en
un gran experimento de campo llevado a cabo en los EE.UU, en el que
participaron alrededor de 600.000 hogares. Siguiendo los pasos anteriores e
incluyendo además información sobre cómo ahorrar energía y los beneficios
económicos estimados, este estudio muestra que el consumo se redujo en media en
un 2%. Además, los resultados muestran que, el efecto tarda un tiempo en
observarse y luego llega a una especie de estado estacionario que se mantiene
en el tiempo. Estos resultados han sido tenidos en cuenta por algunas compañías eléctricas norteamericanas que están sujetas a programas de obligaciones, y que, como comentamos en un post anterior, eligen la información como instrumento para conseguir ahorros energéticos de forma muy coste eficientes, y puede ser aplicado sobre una gran magnitud de consumidores.
Sin embargo, a la hora de extrapolar políticas de este tipo debemos ser
cautos. Si bien en cierto que estos experimentos han producido resultados
exitosos para el caso de los EE.UU, debemos tener en cuenta que el efecto de la
información sobre los individuos depende completamente de la sociedad sobre la
que se aplica. De este modo, lo que ha resultado ser exitoso en la sociedad norteamericana
no tiene por qué serlo en otras sociedades como la española o la europea. De la
misma manera, un tipo de información o normas sociales puede ser adecuada para
un país pero no para otro, siendo necesario otro tipo de información, vía de
comunicación, tiempo de duración, etc.
Por último, la Unión Europea no solo se ha hecho eco de la importancia que
puede tener este tipo de alternativas, sino que las ha incluido en su última
Directiva 2012/27/UE sobre Eficiencia Energética. En el artículo 10 insta a los
Estados Miembros a que siempre que sea posible se proporcione información clara
y de consumo real en las facturas. Además, ese artículo hace referencia al
anexo VII de la misma directiva, que contiene un apartado en donde se introduce
el concepto del consumidor medio o representativo. Por todo ello, y debido a
los no siempre deseados resultados que ofrecen las políticas convencionales, es
necesario tener muy presente este tipo de iniciativas.
Este paper analiza el caso para un país europeo:
ResponderEliminarhttp://www.isi.fraunhofer.de/isi-media/docs/e-x/de/working-papers-sustainability-and-innovation/WP08-2012_Feedback-effects_Energy-Policy.pdf
Eric, muchas gracias por la información.
ResponderEliminar