Para hacer un análisis del sector, lo primero es presentar su composición y evolución en lo que a consumo de energía se refiere. Los dos gráficos que se muestran a continuación nos permiten, en primer lugar, saber cómo se divide el consumo de energía en los diferentes sub-sectores de los que se compone, siendo las oficinas las que más consumen seguidas por el sector comercial y la hostelería; y en segundo lugar cómo ha ido aumentando el nivel de consumo energético durante la última década, lo que se puede observar en ambos gráficos. En particular, el segundo gráfico muestra como solo al comienzo de la crisis cambió la tendencia creciente que mantenía desde 1995.
Aunque a partir de 2005 la intensidad energética del sector servicios disminuyó en España, resulta importante prestar atención a este sector, incorporando más medidas de eficiencia energética que reduzcan sus necesidades energéticas y sus emisiones asociadas de CO2 ,para evitar que vuelva a su senda de crecimiento anterior.
Esto es precisamente lo que pretende el ‘Carbon Reduction Commitment’ o CRC implantado en Reino Unido a mediados de 2010, que afecta de manera obligatoria a todas aquellas organizaciones que no teniendo un uso intensivo en energía, y por lo tanto, no estando afectados por el EU-ETS, sí consumen más de un cierto nivel anual establecido por las autoridades. Supermercados, bancos, escuelas públicas o privadas, autoridades locales y todos los departamentos del gobiernos central que superan los requisitos establecidos, son algunos ejemplos de los participantes en este esquema. El funcionamiento de esta normativa consiste en el control anual del consumo energético de cada participante que se refleja al final del periodo en un ranking público (ya se ha publicado el primer ranking correspondiente al periodo 2010/2011). Además de los incentivos que se crean mediante el factor de la reputación, en una segunda fase, los participantes tienen que comprar al gobierno los derechos correspondientes para cubrir sus emisiones del periodo anterior, cuyo precio se fijó en 12 £ por tonelada de CO2.
Aunque esta nueva normativa todavía está en las primeras fases de implantación y diseño, por lo que sigue sujeto a cambios en su funcionamiento, será muy interesante prestar atención a los resultados de futuras evaluaciones, ya que el CRC podría ser otro de los instrumentos a tener en cuenta en el cada vez más numeroso campo de las políticas de eficiencia energética.
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