17 diciembre, 2012

El rumbo político europeo en asuntos energéticos

En febrero de 2011 los líderes europeos decidieron que el mercado interno europeo de energía debería estar completado en 2014. No obstante, la Comisión Europea recientemente publicó un comunicado en el cual admite que hacen falta más esfuerzos para conseguirlo; en otras palabras, hay margen de mejora.
En una entrevista del 6 de diciembre, Philip Lowe, Director General de energía de la Comisión Europea, dio su opinión sobre el mercado energético común. Sus declaraciones nos indican las posibles estrategias futuras en la política energética de la Unión Europea.
Crear el mercado interno de energía es importante en muchos sentidos, entre ellos la seguridad de suministro, la descarbonización de los sistemas energéticos y para mantener los precios energéticos en niveles socialmente aceptables. Pero el avance no ha sido del todo satisfactorio ya que la Comisión Europea admitió que los mercados energéticos siguen siendo poco competitivos en muchos países miembros, la involucración del consumidor no avanza, y las inversiones en infraestructura energética no han sido del todo satisfactorias. Además, muchos países parecen haberse embarcado en estrategias unilaterales en temas energéticos (como por ejemplo Alemania e Inglaterra); y aumentan las críticas al funcionamiento del mercado de emisiones.
En este sentido son muy interesantes las proposiciones de Philip Lowe, una de las voces más importantes de la Unión Europea con respecto a políticas energéticas. Sus comentarios nos pueden dar una idea de las tendencias futuras de la política energética de la Unión Europea. A continuación resumiré algunas de sus declaraciones más relevantes.
En primer lugar Lowe ve la crisis como una importante razón por el limitado avance integrando los mercados energéticos europeos. Confía en que las inversiones en nuevas infraestructuras y tecnologías aumenten una vez que la economía se recupere. Además hace resaltar que – a pesar de la crisis - ya se consiguieron muchos avances, como la conexión de las redes eléctricas de 17 países europeos. En referencia al cambio climático y los desafíos energéticos, Lowe menciona los intereses comunes dentro de la Unión Europea. Cree que el ámbito de la energía es el ejemplo clásico para gestionar y regular de la mejor manera a nivel supranacional europeo.
En cuanto a las renovables, dice que el creciente porcentaje de renovables en el sistema requiere medidas especiales. Los subsidios de las renovables no deberían distorsionar la competitividad de las distintas tecnologías eléctricas, y habrá que asegurar que no den incentivos para instalar renovables en zonas con condiciones climáticas menos favorables (“solar donde haya sol, y eólica donde haya viento…”). Con respecto a la volatilidad de la generación renovable, Lowe tiene una preferencia clara para atacar este problema: Primero se deberían aprovechar las interconexiones internacionales y los sistemas de gestión de demanda (los smart-meters) para reducir la volatilidad del sistema. Lowe menciona que la nueva regulación europea para infraestructura eléctrica debería crear un mejor entorno para la inversión en interconexiones internacionales. Los mercados de capacidad son una medida que Lowe solamente consideraría después de estas dos herramientas. Pone de manifiesto dudas en poder regular un mercado de capacidad de una manera eficiente.
Según Lowe la Unión Europea no debería descartar el gas de pizarra. De momento todavía hay inseguridad sobre posibles daños medioambientales, pero una vez que se consigan reducir estos riesgos, Europa tendría mucho que ganar con esta tecnología, dice Lowe. También está observando con mucho interés los esfuerzos de Estados Unidos en usar el gas natural en transporte. En referencia al CCS, tema de mi entrada anterior, el oficial europeo no cree que esta tecnología pueda aportar mucho a la reducción de gases de efecto invernadero en esta década.

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