Aunque ya se lleva mucho tiempo hablando de contabilidad ambiental, hay reglas ya acordadas de los sistemas contables, e incluso nuestro INE publica cuentas ambientales, en casi todos los casos son cuentas satélite: es decir, no se integran a la hora de calcular el PIB. Yo creo que, más que nada, porque si se hiciera así, el crecimiento del PIB a lo mejor salía negativo, y claro, a ver qué político aguanta eso...En todo caso, resulta interesante ver una aproximación al asunto, como la que hacen Muller, Mendelsohn y Nordhaus en este paper. Lo más llamativo: el carbón causa más daños que el valor que aporta. Según esto, ¿tiene sentido primar el carbón nacional? Tampoco escapan bien las incineradoras, o curiosamente, las plantas de tratamiento de agua (posiblemente porque el agua es muy barata y no han incluido los beneficios sanitarios del agua potable).
NOTA: Una aplicación interesante de esto sería, en el próximo Observatorio BP de Energía y Sostenibilidad, detraer los daños ambientales de los flujos económicos del sector energético, a ver qué sale...
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